Buenos Aires – (ANP) – El gobierno enviará a la Cámara de Diputados este jueves 15 de septiembre el anticipo del proyecto de Presupuesto 2023, el cual prevé un crecimiento del 3% del PBI y un déficit primario del 1,9%.

Los lineamientos generales del proyecto van a respetar lo acordado por el ex ministro de Economía Martín Guzmán con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ese acuerdo preveía ademas  que el consumo privado avanzaría 3,2%, la inversión 4,8%, las exportaciones 8,1% y la importaciones un 5,6%.

Se espera que este año el oficialismo busque darle una mayor dinámica al trámite parlamentario. El año pasado, debido a las diferencias internas en el Frente de Todos, el debate arrancó en los ùltimos 15 días de diciembre.

El kirchnerismo mas duro en Diputados se negó a aprobar el proyecto, y parte del oficialismo trató de descargar la responsabilidad de la aprobación de la ley en la oposición.

Leer mas:  Un problema para Massa: con el «dólar soja» no alcanza para cumplir con la meta de reservas netas

En una recordada sesión en la que Juntos por el Cambio iba a terminar dando sus votos con la idea de no dejar al gobierno sin presupuesto.

Un explosivo discurso de cierre de Máximo Kirchner hizo que los opositores decidieran a último minuto rechazar el proyecto y el gobierno tuvo que prorrogar el presupuesto 2021 por decreto.

Luego, tras la firma del acuerdo con el FMI en marzo, Guzmán ajustó los números con una inflación del 62% para todo el 2022, cuando los números reales están muy por encima de ello.

Leer más:  Para Invecq, «los números de Massa no cierran» y el déficit no será menor al 3,3% del PBI

Una luz amarilla se encendió el mes pasado en el tablero de Massa: La recaudación fiscal comenzó a dar señales de agotamiento. Tras dos años de crecimiento real, por encima de la inflación, en agosto estuvo por debajo. Si bien hubo factores estacionales que explicaron la merma, es una señal de que el crecimiento económico empieza a mermar.

Por otro lado, se espera notar la mano del secretario de Planificación, Gabriel Rubinstein, en el diseño de los números, para darle consistencia al proyecto general. El año pasado, la principal crítica de la oposición al presupuesto que elevó Guzmán era que se trataba de «un dibujo», según decía. Las proyecciones eran inconsistentes, por cuanto preveía bajas de inflación en un contexto de mayores gastos.

El otro punto a resolver del Presupuesto 2023: ¿Cuál va a ser el tipo de cambio oficial?. La incógnita que plantean los economistas por estas horas es si en en primer cuatrimestre del año entrante Massa-Rubinstein van a tratar de poner en marcha un plan de estabilización que, si logra algún resultado en el corto plazo, le permita al oficialismo recuperar terreno con vistas a las elecciones presidenciales.