La finalización del plazo de vigencia del Programa de Incremento Exportador o «dólar soja» trajo aparejado un inconveniente que si bien era descontado por todos, mostró en sus primeros días una intensidad que encendió las alarmas: en promedio, las liquidaciones del sector agroexportador cayeron un 77,25% en tan solo una semana, a pesar de los efectos residuales del aliciente de septiembre en el lunes 3 de octubre.
«A lo largo de la semana las liquidaciones del agro se cayeron a pique: en las últimas dos jornadas el agro aportó menos de US$ 100 M total, mientras que durante la ventana del dólar soja las liquidaciones diarias rondaban desde el triple a más del cuádruple por día», indicó al respecto la consultora Invecq.
La caída era previsible ante la desaparición del incentivo, pero la profundidad de ese descenso hace presagiar problemas aún mayores, ya que los niveles son también notoriamente inferiores a los habituales y muestran no solo una disminución en relación con la última semana de septiembre sino un tobogán intrasemanal: de acuerdo con la información aportada por Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio, de US$ 193,7 millones el lunes 3 se pasó a US$ 35,8 millones el miércoles 4, un nivel que, además, evidencia un derrumbe del 93,3% respecto al del lunes 26 de septiembre.
Para el mediano plazo, «emergen dudas respecto de la ventana de ingreso de divisas hasta principios de 2023», alertó Invecq, debido a que «históricamente la ventana de tiempo que se comprende entre agosto y diciembre es estacionalmente la de menor oferta de divisas del año».
«Aún asumiendo que la excepcional liquidación producto del dólar soja no respondiera a un adelanto de la campaña sino a un catch up de las liquidaciones (los embarques corrían aproximadamente un 10% por debajo del promedio de campañas anteriores previo al dólar soja), las perspectivas no son favorables», sostuvo la entidad dirigida por Esteban Domecq.
En ese sentido, observó que «las proyecciones de ingreso de divisas de la campaña próxima continúan deteriorándose (particularmente continúan revisándose a la baja las proyecciones de la cosecha de trigo 22/23) en un contexto donde los precios de los principales productos de exportación presentan riesgos bajistas».
«De la mano de una Europa que está entrando en recesión y un mundo con un menor crecimiento acompañado de una agresiva política de suba de tasas de la Reserva Federal, los precios de los commodities acentuaron la dinámica bajista de las últimas semanas», advirtió, para concluir que «peores perspectivas de producción local combinadas con un panorama pesimista para los precios no son buenas noticias para el frente cambiario».
El ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, comienzan a afrontar el calvario de comprobar las complicaciones de un dólar más atractivo para importar que para exportar. Una situación similar a la de muchos empleados que cuentan las monedas una vez terminado el espejismo del adelanto de sueldo…