BUENOS AIRES (ANP) El superávit primario y financiero del primer trimestre se basa en gran medida en la postergación de pagos que queda reflejada en el resultado devengado, pero que una vez que se concreten esos desembolsos, el saldo favorable «desaparecerá», sostuvo el economista Diego Giacomini.
«En pocas palabras, hay superávit financiero y primario porque no se paga nada», sintetizó el director de la consultora Economía & Ética, quien si bien admitió que es un recurso habitual de todas las administraciones postergar el pago de «varias cosas «, no puede caerse en la táctica de «no pagarse nada de nada» para el pargo plazo.
En ese sentido, puntualizó que «hay diferencia entre el base caja (criterio de pagado) que tiene superávit y el base devengado (criterio de gastado) que tiene déficit», pero que «va a tener que ser pagado algún día y cuando sea abonado, el superávit fiscal base caja desaparecerá».
«Es más, cuando se publique el dato de deuda del cierre del primer trimestre, el déficit fiscal verá la luz y el superávit financiero debería desaparecer», aseguró.
En un repaso de las postergaciones a las que se refiere como eje del superávit fiscal, Giacomini advirtió que al retrasarse el aumento de tarifas en luz y gas, habrá «aumento de subsidios, más gasto público y presión sobre el resultado fiscal; además de deterioro de precios relativos que atenta contra la inversión».
Asimismo, advirtió que el superávit primario cayó de $ 2 billones en enero a $ 1,23 millón en febrero y a $ 625.000 millones en marzo, en tanto el financiero pasó de $518.000 millones (enero) a $338.000 millones (febrero) y a $276.000 (marzo), siempre considerando el «base caja» (pagado) y no el devengado.
«Este debilitamiento del superávit primario y del superávit financiero ponen sobre la mesa un fenómeno que venimos remarcando: el superávit no sólo no es genuino, sino que tampoco es sostenible», ya que se construye «principalmente a partir del arte de no pagar».
Al respecto, remarcó que en el primer trimestre, salvo la Asignación Universal por Hijo y las transferencias a las provincias por salud, hay caídas en todos los programas en términos reales, en algunos casos en porcentajes difíciles de mantener en los meses venideros.
En ese sentido, señaló que «los gastos de capital caen 86,9%, con caídas en transferencias a provincias del 100% en energía; 100% en transporte; 98,3% en educación; 100% en vivienda, 99,4% en agua potable y alcantarillado».
Giacomini alertó que si cuando se publique el dato de deuda del primer trimestre surge que hay un aumento, «eso significará que hay un incremento de los libramientos impagos (pagos no hechos que habrá que hacer) y de la deuda flotante, poniendo en evidencia que se gastó, pero no se pagó, con lo cual en el algún momento deberá ser pagado esfumándose el actual superávit financiero».
Por otra parte, indicó que «está la deuda de US$ 2.000 millones de CAMMESA que no se pagó» y que «si se hubiera abonado, el superávit desaparecería instantáneamente».
En tercer lugar, por tercer mes consecutivo, en abril los ingresos tributarios aumentaron menos que la tasa de inflación en los
pasados 12 meses (239,6% contra 291,4%), con una contracción real del 13,2%, superior a la esperada para el PBI.
Pero el economista proyectó además que «en los próximos 9 meses se necesita un ajuste fiscal de casi el triple de los que se hizo en el primer trimestre del año, ya que se necesita un ajuste adicional de 3,8% del PBI cuando por ahora se hizo un ajuste de 1,4%», al pasarse de un déficit de 1,2% a un superávit de 0,2%.
Eso implica que el ajuste será «muy difícil de implementar, más aún con el nivel de actividad y la performance de recaudación que se espera».
Para ese análisis debe tenerse en cuenta aspectos de estacionalidad presupuestaria, ya que es habitual que el gasto se incremente en el último trimestre de cada año.
«El problema a visualizar es que si aparece el déficit fiscal se esfuma la tan promocionada (por el mismo gobierno) ancla fiscal. Y si desaparece el ancla fiscal, hay que ver cómo el mercado internaliza ese fenómeno y pasan a ser sus expectativas», advirtió Giacomini.