La distorsión de los precios relativos en una economía signada por controles y regulaciones en determinados sectores queda en evidencia con la evolución de los valores en dólares en los últimos cuatro años, con alzas del 26% entre los “no regulados” y del 66,7% en los “protegidos”, frente a una caída del 35,7% en los “regulados”.

Un estudio del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea sostuvo que “el encarecimiento del país en dólares respecto a inicios de 2019 no solo se debe al atraso del tipo de cambio respecto al resto de los precios de la economía sino también deriva de las restricciones crecientes al comercio exterior”.

El informe elaborado por Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez agrupó tres ítems de los componentes del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires, a los efectos de identificar las diferentes variaciones entre enero de 2019 y el mismo mes de 2023.

En ese marco, distinguieron los precios no regulados (aunque en algunos casos sometidos a cierto tipo de como los Precios Cuidados o Justos), los protegidos y los regulados.

En la primera categoría están los alimentos y bebidas no alcohólicas, alquiler de la vivienda, seguros médicos, cuidado personal, herramientas y equipos para el hogar y el jardín, libros y papelería, entre otros.

En los precios protegidos, están los productos de mercados afectados en su operatoria por regulaciones cambiarias, de comercio exterior o de otro tipo, como los precios de los vehículos, artefactos para el hogar, servicios de transporte aéreo y prendas de vestir.

Por último, los regulados incluyen las tarifas de electricidad, gas y agua.

“En la categoría de ‘No regulados’, y pese a la introducción del mecanismo de ‘precios cuidados’, no ha podido evitarse ‘inflación en dólares’”, advirtió el informe, que precisó que en los cuatro años transcurridos “este rubro aumentó un 26% en dólares, a un ritmo equivalente de casi 6% anual, que compara con una inflación en Estados Unidos que para ese período es del 4,4% anual”.

El fenómeno se potencia en los bienes “protegidos”, que en el período considerado se encarecieron 66,7% en dólares, siempre utilizando el tipo de cambio oficial.

“Ese guarismo implica una inflación anual en dólares de 13,6%, unos 9 puntos porcentuales/año por encima de los registros de Estados Unidos”, aclaró la Mediterránea.

A partir de la comparación de estas dos categorías, “se puede apreciar que el encarecimiento del país en dólares respecto a inicios de 2019 no solo se debe al atraso del tipo de cambio respecto al resto de los precios de la economía sino también deriva de las restricciones crecientes al comercio exterior”, subrayó.

Con los precios regulados, la situación es inversa, ya que tomando en cuenta el costos de provisión de los servicios básicos (electricidad, gas y agua), “en estos 4 años se han abaratado un 35,7% en dólares”.

“El cuadro de la variación de los precios en dólares, por las disparidades existentes, es una notable fotografía de las causas y consecuencias de los desequilibrios macro que no se corrigen”, indicaron Vasconcelos y Gutiérrez, que analizaron la distorsión en base a la evolución de los precios de algunos bienes y servicios.

Al respecto, señalaron que “los precios en dólares que más han aumentado en el período analizado resultan los automóviles, con una variación de 85%, seguidos de indumentaria (74%), pasajes de avión (47%) y alimentos y bebidas (36%)”.

Los investigadores remarcaron que “los faltantes de partes e insumos, a partir de su impacto en la producción local o la falta de competencia derivan inevitablemente en escasez y subas de precios”, más allá de que las dinámicas no son uniformes a lo largo de los cuatro años.

Por el otro lado -y a pesar de las últimas subas, hay una caída de valores en dólares de entre el 22% y el 43% en enero del presente año en relación con 2019 para las tarifas de electricidad, gas y agua.

“El abaratamiento en dólares de los servicios públicos fue un continuo desde 2019 hasta enero de 2022, con una reversión parcial para los tres servicios captada por el dato de enero de este año: la suba en los últimos doce meses en dólares ha sido de 60%; 16%, y 9% para Agua, Gas y Electricidad, respectivamente”, indicó el informe.

No obstante, puntualiza que “en los tres casos esas tarifas se ubican todavía significativamente por debajo de 2019, lo que explica tanto la persistencia de los subsidios como los problemas de abastecimiento de estos servicios”.

Por NP