Buenos Aires, jun 28 (ANP).- El Presidente Alberto Fernández buscará en la pandemia una razón para evitar una mayor apertura del Mercosur en la primera cumbre virtual que comenzará esta semana, y que marcará también su primer contacto con su par de Brasil, Jair Bolsonaro.
A partir de mañana y hasta el jueves se desarrollará la próxima Cumbre de Presidentes del Mercosur, así como la reunión ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC), que se celebrarán de manera virtual por videoconferencia por vez primera en la historia del bloque, debido a la pandemia de coronavirus en la región.
El canciller argentino Felipe Solá reiteró la semana pasada la posición del país en contra de una mayor apertura comercial con otras naciones o bloques económicos, luego de que el Mercosur alcanzara el año pasado el tan ansiado, y varias veces postergado, acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
Ahora, «dada cómo está la economía y la incertidumbre sobre nuestro futuro, y de cuándo y cómo saldremos adelante (de la pandemia), es peligroso acelerar convenios con países que tienen sobre nosotros ventajas competitivas en la industria, y aceptar el ingreso de productos que tienen muchos más años de tecnología y que nos dejan sin trabajo», dijo Solá en declaraciones a la radio Futurock.
Solá recordó que durante abril “tuvimos una diferencia con la palabra ‘acelerar’ o ‘no acelerar’ en relación con convenios extra Mercosur con otros países», como Canadá, Corea e India, entre otros.
Argentina busca unir con el tema del combate al Covid 19, a Uruguay y Paraguay, que critican la errática política sanitaria que tiene Bolsonaro para combatir la pandemia, y que lo ha puesto al tope entre las naciones con mayor cantidad de muertes.
Sin embargo, Uruguay se ha mostrado siempre más flexible de abrir nuevos mercados desde el Mercosur, y algo similar ha propuesto, auqnue en menor medida, Paraguay, en contra de la posición del kirchnerismo que en un comienzo impulsó un acuerdo con la UE, pero luego, cuando lo consiguió el gobierno de Mauricio Macri, lo criticó.
Lo cierto es que el comercio entre Argentina y Brasil va perdiendo importancia para ambas naciones, aunque resulta más grave para Argentina. El intercambio bilateral registró alcanzó solo los US$ 846 millones, un 55,6% inferior al obtenido en igual mes del año anterior, resultó el registro más bajo desde 2004, y acumuló 21 meses consecutivos de bajas interanuales.
Así se desprende de los datos publicados por el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, y reseñados por la Cámara Argentina de Comercio.
Para tener una dimensión, Argentina se ubicó en el cuarto lugar entre los mayores proveedores de Brasil, detrás de China, Hong Kong y Macao (US$ 2.539 millones), Estados Unidos (US$ 1.555 millones) y Alemania (US$ 613 millones), según cifras oficiales brasileñas.
Para tener una idea de la asimetría en el comercio, el 80% de las exportaciones automotrices argentinas van a Brasil, pero todo eso es solo el 15% de lo que importa en ese rubro esa nación.
Desde 2015, Brasil promueve una política de comercio exterior que le ha permitido generar saldos comerciales superavitarios, con una acumulación de saldos favorables de US$ 55.000 millones anuales en promedio para los últimos 4 años.
En 2019, Brasil exportó a China, su principal cliente, embarques por US$ 64.000 millones (28% del total), mientras que Argentina le vendió al país asiático productos, mayormente derivados de la soja, por US$ 7000 millones. China es el segundo mercado de exportación de Argentina, con el 16% del total y este año parece que desplazará a Brasil.