Buenos Aires, jun 29 (ANP)- La Argentina podría cerrar 2020 con una de las caídas de la actividad económica más pronunciadas en todo el planeta, ya que las perspectivas de retracción del PBI “se encuentran más cercanas al 15% que al 10%”, según los pronósticos de la consultora Invecq.
“La economía argentina será muy probablemente la más golpeada de Latinoamérica y mostrará una de las contracciones más fuertes de todo el mundo”, alertó, al tiempo que subrayó que las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que recientemente anunció una previsión de caída del PBI argentino de 9,9% este año, “ya lucen desactualizadas”.
Al respecto, Invecq indicó que “las perspectivas de caída ya se encuentran más cercanas al 15% que al 10% que veíamos hace dos meses”.
El pesimismo en las estimaciones de la entidad dirigida por Esteban Domecq se fundamenta tanto en la prolongación de la cuarentena (que el 17 de julio cumplirá 120 días e incluso podría extenderse) como en los desequilibrios macroeconómicos que ya venían en “caída libre” desde antes de la pandemia de coronavirus.
A esas complicaciones se le deben sumar “la demora en la renegociación de la deuda”, así como “el carácter que está tomando el gobierno en relación con el sector privado y las señales hacia la inversión”, en alusión implícita a las posibilidades de expropiación de la cerealera Vicentin.
Asimismo, Invecq planteó una diferencia respecto de muchos otros analistas y aseguró que “la capacidad productiva de la economía no está intacta”.
“Si bien es cierto que este shock de oferta que implicó la pandemia y la cuarentena no es asimilable a los que generan desastres naturales o guerras, donde la capacidad productiva queda destruida, tampoco es cierto que toda la capacidad que existía a principios del año esté disponible para volver a funcionar instantáneamente”, advirtió al respecto.
En ese sentido, señaló que “el proceso de quiebras y cierres de unidades productivas que estamos viendo en las últimas semanas implica un ‘desorden del capital’ y la ruptura de relaciones entre los factores de producción que llevan cierto tiempo a ser restablecidas”.
“Un negocio que quiebra puede volver a ponerse en funcionamiento, pero no de forma automática. Es decir que, cuanto mayor sea el daño en las unidades productivas y el cierre de negocios, más lenta será la recuperación aun cuando la demanda pueda llegar a ser estimulada, lo cual es dudoso dados los desequilibrios de la macroeconomía”.