BUENOS AIRES (ANP).- Dadas las inminentes elecciones presidenciales, esta editorial, contrariamente a lo usual, se dedicará más a la Argentina que al resto del mundo. Ciertamente, vivimos en un mundo muy tenso. A la guerra entre Rusia y Ucrania, se ha agregado el ataque de Hamas (que se traduce en entusiasmo o fervor; del Movimiento de Resistencia Palestina) en Israel, por ahora concentrado, muy sintéticamente narrado, por razones de espacio, en la franja de Gaza.

Dicho movimiento tiene como objetivo fundamental, establecer un Estado Islámico, con capital en Jerusalén y abarcando la región histórica de Palestina que comprende a los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza.

Respecto al estado de guerra entre Rusia y Ucrania apareció una propaganda del régimen de Putin dice que una cantidad de jóvenes lo apoya, en especial el movimiento juvenil llamado Yunarmiya.

Europa apoya la paz en todo el mundo, marcando un giro copernicano respecto de su historia guerrera. Mientras, el Brasil de Lula acusa a Israel de terrorismo.

Subsisten tres grandes incógnitas. 1) ¿China seguirá creciendo cerca del 4% menos de la mitad que anteriormente? 2) ¿Cuánto daño hará a la economía global el combo de endeudamiento e inflación? 3) El acercamiento de Rusia a Corea del Norte y otros países anti-Occidente ¿es una mala señal?.

Mientras tanto, ¿Qué pasa en la Argentina? Ante todo, hay que decir que desde 2011, nuestro PIB no ha crecido y, si tomamos el PIB per cápita, ha disminuido más de un 10% .

En este contexto, habrá balotaje presidencial el próximo domingo 19 de noviembre para decidir presidente entre Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza), dado que ninguno de los dos logró los votos necesarios. Promete ser una elección muy reñida, según la gran mayoría de encuestas. Veremos, porque puede haber sorpresas.

Difícil decisión para los votantes, no por las propuestas, sino porque LLA ni JplP, han dado escasos o poco claros indicios de qué hará cada uno si triunfa. En el caso de Milei, porque ha hecho propuestas, en su mayoría audaces, que ha ido cambiando en el curso de la campaña y, en el caso de Massa, porque no ha dicho claramente cuál es su programa.

En este contexto, conviene recordar que la fuente principal de divisas para la Argentina, la exportación de granos, seguirá siendo volátil. Deberían ser acompañadas con Vaca Muerta y el litio. Pero igualmente es necesario, reiterar el recuerdo de la alta inflación en la Argentina; desde el “Rodrigazo”: la híper- inflación en 1989, por primera y única vez en la Argentina; la alta inflación crónica, cuya media anual superó largamente el 100% y nuestro país no creció, salvo en 1986/87, por los efectos del Plan Austral. Ahora no hay nada ni parecido y si, en las elecciones presidenciales de este año triunfa el oficialismo, ahora encarnado por Massa, será aún más peligroso, salvo que se haga un programa anti-inflacionario serio, pero también muy duro.

Finalmente, es bueno recordar que la evasión impositiva en la Argentina ha crecido sistemáticamente hasta cerca de un 50% -cercano al record mundial. Pero, ojo, que puede ser positiva, porque daría espacio a una rebaja impositiva, si se logra blanquear la economía pari passu.

Otra clave es aumentar un cumplimiento mayor en los impuestos rebajados, lo que puede ser un “tesoro escondido” para racionalizar y reducir la presión tributaria y lograr el aumento de la inversión, en capital físico y en capital humano, claves a su vez para el crecimiento sostenible de nuestra economía.

Columna de opinión escrita para el Informe Económico Mensual (IEM) edición noviembre 2023 del IAE Business School, Universidad Austral.

Por NP