BUENOS AIRES (ANP).- ¿Que pasaría si, para siempre, dejás atrás tus problemas de agobio económico que te traen además, distanciamiento con tu pareja, peleas con la familia de tu esposa, peligro de vida, y pudieras comenzar una nueva historia, con otro nombre, en otro lugar?.
De eso se trata “Descansar en paz” la película basada en la novela homónima de Martín Baintrub, y dirigida por Sebastián Borenzstein que se puede ver en el cine o a través de Netflix.
La idea no es nueva pero es efectiva: Dejar todo atrás ¿se puede?. Para el protagonista, Joaquín Furriel, dueño de una pequeña fábrica, acosada por la caída de ventas que genera la andana de productos importados durante la época de la Convertibilidad, es una alternativa que no desea, pero se le presenta de manera tan bestial, como bestial es el país.
El dilema está planteado: dejar todo para que mi familia este mejor, y yo me las arreglo como puedo. Pero la angustia, la pérdida del contacto con los seres queridos – especialmente, los hijos – no logra ser transmitida en toda su dimensión por Borenstein o la buena actuación de Furriel.
La película entonces “transcurre” sin la profundidad necesaria de presentar “cómo se siente” esa pérdida. No obstante, Borenstein le brinda fluidez al relato, un cuadro de Argentina de entonces, que bien podría ser la de ahora, no solo en el plano económico sino también de la organización.
Para completar el cuadro está el solvente trabajo de Griselda Siciliani, como la esposa de Furriel, y de Gabriel Goity, como un usurero, que las vueltas de la vida, lo pone en uno y otro lado del mostrador.
Con todo resuelto, la película cierra con un final “algo blandito”, según la mirada de quien esto escribe. Tal vez, se podría haber pensado otra cosa – ahí debe “pesar” el escritor – pero la película es buena, bien dirigida y con sólidas actuaciones.