BUENOS AIRES (ANP) El 21,1% de inflación que registró la Ciudad de Buenos Aires en diciembre entusiasmó a algunos desprevenidos que apostaban a un nivel más cercano al 30%, pero un análisis pormenorizado obliga a ser más cauteloso y no descartar incluso subas superiores para los próximos meses.
En primer término, debe tenerse en cuenta que muchos servicios públicos no tuvieron ajustes en el último mes de 2023 y ya se prevé que en los primeros meses de 2024 sean los que encabecen los incrementos. En diciembre, fue precisamente el rubro «Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles», en el que se engloban los servicios de gas, electricidad y agua corriente, el que registró la menor suba de todos, con un 11,6% que contrasta con los capítulos que lideraron los incrementos, como Alimentos y bebidas no alcohólicas y Transporte, ambos con 30,4%.
Esa brecha de casi 19 puntos porcentuales seguramente se reducirá y hasta puede invertirse en el corto plazo, tanto por una atenuación de las subas en alimentos y combustibles (las «estrellas» de diciembre), como por el inicio de la recomposición tarifaria en gas y energía eléctrica, que se complementará todos los meses con ajustes en función de la evolución de los precios mayoristas.
Esa disparidad quedó en evidencia con las evoluciones desiguales de los precios de los Bienes y los de los Servicios, con alzas del 30,3% y 14,2%, respectivamente, sin que pueda encontrarse una brecha tan marcada en las últimas décadas.
Las distorsiones quedan puestas de manifiesto con más claridad en la evolución de los precios en todo el año. En ese caso, dentro del 198,4% general puede observarse que el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas tuvo un crecimiento mucho mayor, del 241,3%, pero en el otro extremo Salud experimentó un aumento del 164,7%, es decir que el año pasado hubo una brecha entre los dos casos de 76,6 puntos porcentuales.
En parte, los incrementos anunciados de las cuotas de los planes de medicina prepaga son un anticipo del «emparejamiento» de esas dos variables, pero habrá que prestar especial atención a qué aumentos autorizará la Secretaría de Energía para las tarifas de electricidad y gas.
Por lo pronto, en el último de los servicios mencionados, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, anunció hoy que ajustará el precio del gas mayorista para ponerlo en línea con los costos de explotación (es decir, eliminar los subsidios) en un lapso de tres meses entre febrero y abril. A eso habrá que sumarle la aplicación de un mecanismo de ajuste mensual por precios mayoristas.
Aún no se anunció el criterio a adoptar en cuanto al servicio de energía eléctrica, pero en el mercado se descuenta que tendrá similitudes con el del gas.
Para completar, el lunes 15 comenzarán los aumentos en las tarifas de colectivos y trenes, los dos rubros más rezagados en materia de reducción de subsidios.
La suma de todos estos probables ajustes -suponiendo una difícil estabilidad del tipo de cambio- deja al 21,1% como un porcentaje que no puede tomarse como referencia para los próximos meses, en los que, por si no alcanzara con todo lo señalado, vendrán inevitablemente los aumentos en la educación privada, la indumentaria, restaurantes y hoteles y recreación. Una combinación explosiva a la que será muy difícil desactivar.