BUENOS AIRES (ANP).- En el ámbito de la economía y la política, se conoce como cisne negro a una figura metafórica que refiere a un suceso sorpresivo, algo que ningún analista pudo prever y que provoca un giro drástico en el desarrollo probable de los acontecimientos.

Si un cisne negro resulta temible para la clase política, sobre todo para la gobernante, lo es mucho más si aparece antes de una votación, directamente rayando en lo espeluznante cuando se produce, como ahora, a escasos días de los comicios, cuando ya no hay espacio para lanzar medidas o hacer anuncios rimbombantes que morigeren su impacto.

Sin embargo, la muerte de la pequeña Morena, ocurrida el miércoles en Lanús al ser golpeada por motochorros cuando iba a entrar a la escuela, no solo descolocó al Gobierno y a su candidato, el ministro Sergio Massa, sino también a los opositores. Nunca se había visto a todos los partidos políticos ponerse de acuerdo y cancelar los actos de cierre de campaña.

En el caso de Axel Kicillof, no tenía demasiadas alternativas porque nada podía decir luego de un crimen tan horrendo ocurrido en la provincia a su cargo. Para los otros candidatos, el renunciamiento también era inevitable, si no querían ser acusados de utilizar políticamente esa tremenda muerte.

Morena Domínguez tenía 11 años

Lamentablemente, este asesinato es uno más entre los tantos que ocurren a diario en el conurbano bonaerense desde hace décadas y, de hecho, horas después de morir Morena ya se sumó otro crimen, el de un médico al que ejecutaron a balazos en Morón para robarle el auto. Pero por algún motivo el de la niña vino a pegar con fuerza a la opinión pública quizás por la corta edad de la víctima, el ensañamiento de sus atacantes (murió de una fuerte trompada en el estómago), el hecho de que agonizó frente a otros niños.

Se necesitaría un estudio más profundo para explicarlo, pero lo cierto es que podría tratarse de un trágico caso de un cisne negro y por eso conviene hacer un repaso por lo que se vivió años antes en los días previos a la celebración de las elecciones primarias.

Dudas en JxC y Libertad Avanza

Las recientes encuestas daban una pequeña diferencia entre los precandidatos de JxC, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, aunque la mayoría de los sondeos otorgaba leve ventaja al actual jefe porteño. Luego de la muerte de Morena, y tomando en cuenta el discurso agresivo de Bullrich en materia de inseguridad, la balanza podría haberse volcado hacia la exministra macrista.

Pero además, el crimen de la pequeña no solo habría alterado el panorama para JxC sino también para el libertario Javier Milei. En las últimas mediciones este candidato ya aparecía sin tanta chance de llegar a un segundo lugar, pero eso podría haber cambiado gracias a su postura radical frente a la delincuencia.

El libertario Javier Milei prometió mano dura contra la delincuencia

Por su parte, Massa aprovechó las últimas horas de ayer para dirigir un mensaje a la población sobre el crimen para recordar su gestión en materia de seguridad cuando estuvo al frente de la intendencia de Tigre, unas palabras que podrían captar a algunos indecisos, aunque difícilmente al punto de hacer una diferencia con respecto a lo que marcaban las últimas encuestas.

Otras PASO

En 2011, cuando el triunfo fue para la entonces presidenta Cristina Kirchner, Argentina estaba enfrascada en un resonante escándalo por espionaje estatal a políticos y dirigentes sociales, mientras que la inseguridad no parecía hacer mella en el Gobierno. En los días previos, los medios reportaron cuatro asesinatos en ocasión de robo, una golpiza a un hombre y ataques contra médicos en las guardias de hospitales, pero CFK ganó sin problemas y avanzó para lograr su segundo mandato.

En las primarias legislativas de 2013, el tema del que se hablaba era el robo a la casa del entonces intendente de Tigre, Sergio Massa, y la investigación del asesinato de la joven Paulina Lebbos en Tucumán. Pero en ambos casos el foco estaba puesto en el móvil político. Los muertos en robos seguían en las tapas de los diarios, pero no alteraron la tendencia de las encuestas y el oficialismo se encaminó a un nuevo triunfo.

En 2015, con la economía deteriorada, se vivió un verdadero cierre de campaña en primarias, con el millonario empresario Mauricio Macri —asociado por muchos al neoliberalismo— que insólitamente iba pisándole los talones al PJ. Esa vez, las encuestas ya encendían alertas para el oficialismo, que finalmente perdería la presidencia en la segunda vuelta de la elección general.

En las legislativas de 2017, con un banco central que ya luchaba para frenar el dólar (que valía $ 18,05), Sergio Massa, Cristina Kirchner y Mauricio Macri cerraron su campaña haciendo eje en lo económico. A pesar de que continuaban los crímenes violentos, el oficialismo ganó con comodidad, y tampoco hubo sobresaltos en el cierre de las PASO 2019, en las que la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner empezó a saborear el triunfo.

Tampoco podría considerarse que hubo un cisne negro en las primarias legislativas de 2021. Sin duda fueron atípicas porque estuvieron atravesadas por el impacto de la pandemia, pero la contundente derrota del Gobierno no fue sorpresiva.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner en la derrota de las PASO 2021

Cabe recordar que después de un año de cuarentena estricta, ya venía esmerilando al Gobierno un combo de una economía quebrada y el dolor de la gente por el vacunatorio VIP, por la fiesta de cumpleaños de la primera dama —cuando estaban prohibidas las reuniones— y porque a muchos ni siquiera se les permitió despedirse de sus familiares que agonizaban de covid-19. La derrota solo fue sorpresiva para el oficialismo. En la calle ya se sabía que iban a perder.

En cambio, este domingo los argentinos iremos a las urnas todavía con el impacto por la muerte de Morena y, por algún motivo, la inseguridad esta vez puede cambiar el rumbo previsible.

Un domingo incierto

Para el PJ quizás la situación no haya variado significativamente porque tiene un piso de votantes a los que poco les cambia una muerte más en ocasión de robo y porque además tendrá un par de meses para diseñar una estrategia que le permita intentar triunfar en un eventual balotaje.

No es el caso de JxC y Milei. Para ellos se cierne una gran incógnita.

En el caso de JxC, la desesperación de la gente por vivir un poco más tranquila y sin tanto miedo en las calles podría inclinar la balanza hacia Bullrich mientras que Larreta no tendrá una segunda oportunidad. Si no gana la interna en las PASO, se despedirá de la posibilidad de ser presidente esta vez.

Para Milei también hay mayor incertidumbre. Su discurso combativo en el área de la seguridad podría terminar de convencer a más de un indeciso y meterlo en la elección general con altas probabilidades de llegar a un eventual balotaje, algo que prácticamente había quedado descartado en las últimas encuestas.

El lunes se responderá el interrogante y será tiempo de hacer un profundo análisis, ya con los números en mano y con el dato del porcentaje de participación de votantes. Pero el lunes Morena seguirá muerta, y no parece probable que las autoridades encaren un verdadero plan para que llegar con vida al hogar sea lo lógico y ya nunca más un milagro.

Por NP