Buenos Aires, abr 9 (ANP)- El director de Políticas Públicas de la Fundación Libertad y Progreso, Manuel Solanet, advirtió sobre las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, entre las que destacó una caída del Producto Bruto Interno de entre el 3% y el 5% y una mayor inflación debido a que “lo único que le queda” al Gobierno “es emitir dinero”.

El ex secretario de Hacienda admitió que “la cuarentena es absolutamente necesaria”, pero al mismo tiempo sostuvo que “la industria debería quedar exceptuada” de las restricciones, debido a que las consecuencias económicas, laborales y sociales no pueden ser escindidas de las sanitarias.

“Es un error la disyuntiva planteada entre la vida y la economía”, aseguró en una exposición online en la que remarcó el impacto de “la pérdida de trabajo y la repercusión sobre las familias; la angustia de los trabajadores individuales, artesanos o cuentapropistas, que no pudieron llevar a sus casas ni un peso”.

En ese sentido, dijo que “esto crea dolor, genera pobreza y crea personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas y no sólo de la sanidad. ¡También es vida!”, exclamó.

“La situación del Gobierno es muy difícil, no se las envidio. Deberán manejarse con decisiones inteligentes”, reconoció, aunque alertó que “el abuso del poder del Estado aprovechándose de las circunstancias, es un peligro real y uno de los costos institucionales”.

Entre ellos mencionó el “intento de un nuevo impuesto especial que han titulado ‘Impuesto Patria’ lo que es un abuso claramente inconstitucional presentado con argumentos lacrimógenos apoyados indebidamente en la situación sanitaria”.

Asimismo, señaló que la aglomeración de grupos de riesgo en los bancos durante la semana pasada se debió a que, “para el kirchnerismo los bancos son mala palabra y tipificarlos como un servicio esencial no estuvo dentro de sus consideraciones”.

Sobre los costos económicos que implican la pandemia, Solanet estimó que la caída del PBI rondará entre el 3% y el 5%, a la vez que señaló que la economía argentina ya estaba mal antes de la pandemia.

“El equipo económico del Gobierno Nacional estaba orientado a la reestructuración de una deuda a la que había calificado como de impagable. Sumado esto, la actividad económica no repuntaba prolongando la recesión que se viene viviendo desde hace seis años. Argentina entra a la crisis pandémica sin reservas, a diferencia de algunos de nuestros vecinos, Chile o Uruguay”, distinguió.

Por otra parte, remarcó que a pesar de que “el Estado ha perdido recursos violentamente” con caídas reales en los ingresos por IVA del 20% al 30%, los gastos del sector público “no se han reducido”, con lo que los problemas se trasladan “al sector privado”, que ya venía soportando una presión impositiva “de las más altas del mundo”.

Con un aumento del déficit fiscal, al Gobierno “lo único que le queda es emitir dinero” ya que “no tiene crédito y ha aumentado los impuestos de manera espeluznante”, indicó.

“Esto producirá inflación ya que no se prevé que aumente la demanda de pesos”, precisó, al tiempo que criticó “la línea ideológica del Gobierno Nacional” de “aplicar controles y congelamientos de precios, lo que lo llevará a un fracaso en detrimento de los comerciantes”.

Sobre esta problemática aseguró que la reducción del gasto público sería la alternativa a la emisión y aseguró que “aunque el costo de la política (funcionarios; legisladores y asesores) no es relevante cuantitativamente, en términos demostrativos si lo es. ¡Eso significan los cacerolazos de las 21:30!”

 

Por NP