El primer ministro de Gran Bretaña Neville Chamberlain ha quedado en la historia como aquel cobarde que no quería enfrentar a Hitler. Esta película, tal vez, lo saca de ese lugar. Por lo menos el guión lo ubica cumpliendo un papel en la historia con las cartas que tenía.
En 1938 decidió entregar Checoslovaquia a los alemanes, para evitar iniciar una guerra a la cual el pueblo británico temía mucho. Los ingleses tenía todavía muy fresco el recuerdo de la sangrienta Primera Guerra y no querían tener una segunda. Iban a hacer todo lo posible por evitarla, incluso, entregarle Europa a los nazis, si con ello aseguraban su propia existencia.
Chamberlain viaja a Alemania a firmar el acuerdo con el Führer. Las crónicas de la época reflejan ese momento histórico, y el momento en el que el primer ministro regresa exhibiendo el papel con la firma del pacto. Claro está que para el lider nazi los papeles no representaban nada. Iba a traicionar si era necesario.
La película es inglesa dirigida por Christian Schwochow con Jeremy Irons como Chamberlain, y George MacKay, Jannis Niewöhner, y Alex Jennings.
En la ficción, dos amigos, uno inglés y otro alemán, los dos egresados de Oxford, los dos en el servicio diplomático de sus respectivos países, tratan de hacerle abrir los ojos al primer ministro sobre lo que espera a Europa.