BUENOS AIRES (ANP)- Los ingresos de divisas por inversión directa de no residentes alcanzaron a US$ 519 millones, de acuerdo con el último balance cambiario del Banco Central de marzo con una caída del 80% respecto a diciembre de 2019, cuando asumió su mandato el presidente Alberto Fernández.

Según la Fundación Libertad y Progreso, el retroceso obedeció al “persistente endurecimiento del cepo cambiario, sumado al cambio de reglas de juego y la incertidumbre económica” que combinados “golpearon directamente a los flujos de inversión extranjera directa”.

“ Esta caída se refleja en un peso cada vez menor de la inversión extranjera dentro del balance cambiario”, indicó, para señalar que entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2019, los ingresos netos por inversión extranjera promediaron US$218 millones mensuales, pero cayeron a US$ 65 millones (-70%) en el período diciembre 2019 – marzo 2023.

 

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También han perdido peso en comparación con otros flujos de ingresos de divisas: en marzo fueron el 0,7% de los cobros de exportaciones y en el promedio de la gestión de Fernández el 1,1%, es decir la cuarta parte de lo que llegaron a representar de los ingresos de divisas por exportaciones durante la administración Cambiemos (4,3% de las exportaciones).

En marzo, los ingresos por inversión extranjera alcanzaron los US$ 38 millones de dólares, una caída del 56% interanual, pero la tendencia negativa se viene verificando desde el tercer trimestre de 2019.

Para Eugenio Marí, economista jefe de LyP, “apuntar a ‘cuidar las reservas’ con cepo cambiario significó cerrar los ingresos de capitales. Es así que la inversión extranjera colapsó a mínimos históricos, algo que es potenciado además por un entorno macroeconómico sumamente adverso”.

Lautaro Moschet, agregó que “la falta de inversión extranjera directa es la demostración explícita de la desconfianza que hay en nuestro país a la hora de hacer negocios. Los cambios sobre la marcha en cuanto a las regulaciones y los controles de capital desalientan fuertemente este fenómeno”.

 

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“Para peor -agregó- esto va en dirección opuesta a lo que nuestro país necesita. Es decir, conseguir inversión extranjera para poder capitalizar una economía que no crece desde hace más de una década.  Por lo tanto, es fundamental que el próximo gobierno ponga la atención en este tipo de variables y tomen decisiones pertinentes, entre las cuales se encuentran la eliminación del control de capitales”, sostuvo.

Según Santiago Casas, “los niveles de inversión en Argentina están entre los peores de la región. Como porcentaje del PBI, la formación bruta de capital en 2022 fue apenas del 17,3%. Toda inversión implica un riesgo, y los inversores internacionales esquivan arriesgar su capital en una jurisdicción con riesgo país de 2623 puntos básicos por la inestabilidad jurídica y dificultad para hacer negocios, entre otras cosas”.

“La formación de capital es el motor de crecimiento de cualquier nación, y lo vimos en nuestro país durante el siglo XIX y principios del XX. Siguiendo este sendero de volatilidad política y cambios en las reglas de juego, no solamente los inversores extranjeros dejan de invertir, también los locales eligen invertir en el exterior”, finalizó.

Por NP