BUENOS AIRES (ANP) Una investigación de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) de hace más de dos años recobró actualidad por estas horas a raíz de la discusión por el precio de la yerba mate, luego de que el canciller y precandidato a diputado a diputados por Unión por la Patria, Santiago Cafiero, asegurara que a él también le complicaba «que la Playadito valga una luca el kilo”.
Más allá de que el precio del kilo de yerba de esa y otras marcas sea superior a los mil pesos señalados (por otra parte, son dos dólares, equivalentes a las baratijas que hace 25 años se ofrecían a «todo por dos pesos»), el informe de CAME de enero de 2021 daba cuenta de la composición de ese precio: 8,9% corresponde al minorista, 10,7% al mayorista, 11,1% a la molienda y el envasado, 7,6% al sapecado, secado y canchado y 22,4% al productor y al vivero. El grueso se lo llevan los estados nacional, provinciales y municipales con el 39,3% de impuestos, tasas y contribuciones.
«Si bien el informe es de enero del ’21, los porcentajes no han variado», precisó a Nuevas Palabras el presidente de CAME, Alfredo González.
De lo que se desprende que de la supuesta «luca» lamentada por el canciller, 393 pesos no son responsabilidad de ningún participante de la cadena de producción, distribución y comercialización del producto. Una realidad que fue puesta de manifiesto en las redes sociales por el productor y recientemente electo diputado provincial misionero de Juntos por el Cambio, Pedro Puerta.
“Hola, Santi, ¿cómo estás? Soy Pedro. Quizás no lo sepas, pero desde hace mucho tiempo desde Activar venimos hablando de esto. Más del 40% de un paquete de yerba mate son impuestos generados por tu gobierno», planteó Puerta, hijo de Ramón, ex gobernador de Misiones.
Puerta siguió respondiéndole a Cafiero: «Además de eso, tu gobierno fija el precio de la hoja verde, de la canchada y hasta el precio del paquete en la góndola. Nosotros, los misioneros y el sector productivo, nos dedicamos a generar trabajo y a que el producto llegue a todos los argentinos. La inflación ustedes no la pueden resolver. Ah, y además, el 40% de los argentinos son pobres».
Los ejemplos, con variaciones mínimas, pueden repetirse en cualquier producto que compone la canasta básica de alimentos. Como para que cualquier precandidato (oficialista u opositor) lo tenga presente a la hora de hacer declaraciones.