Buenos Aires, jun 8 (ANP)- La inflación de mayo que dará a conoce este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) podría mostrar un quiebre de la tendencia reflejada en los primeros cuatro meses del año, en los que los precios de los alimentos tuvieron invariablemente aumentos superiores a los del nivel general.

De acuerdo con las previsiones de diferentes consultoras, la inflación de mayo se ubicaría entre 1,3% y 2%, en una continuidad de la baja registrada en abril, cuando el Índice de Precios al Consumidor fue de 1,5%.

De todos modos, la notoria baja de los precios respecto de los últimos meses (la inflación de abril fue la más baja desde noviembre de 2017) no puede ser analizada sin tener en cuenta el carácter excepcional de una economía signada por las restricciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto a raíz de la pandemia del coronavirus.

Esa situación marcó una distorsión del “set de precios relativos”, según la interpretación de Ecolatina, debido a la división de las actividades en “esenciales” y “no esenciales”, con el consecuente incremento de demanda y precios de alimentos y productos de limpieza en marzo y abril, ante la necesidad de la población de estoquearse por la incertidumbre generada en el inicio de la cuarentena.

Asimismo, la mayoría de los servicios considerados no esenciales bajaron sus precios con el propósito de retener a sus clientes.

En mayo hubo un principio de cambio de ese contexto, a medida que se fueron flexibilizando las restricciones en algunos puntos del país y, además, por la atenuación en la demanda de alimentos y productos de limpieza, en parte porque muchos ya se habían abastecido y además porque comenzaron a hacerse notorios los problemas de ingresos en una importante franja de la población.

Ese cambio podría reflejarse en la composición del IPC de mayo y marcar un quiebre respecto de lo ocurrido en el primer cuatrimestre, período en el que los precios del rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas siempre aumentaron más que el nivel general.

El acumulado de los primeros cuatro meses es de un 9,4% para la inflación general y del 15,2% para Alimentos y bebidas no alcohólicas, lo que a su vez también pone en evidencia el congelamiento de tarifas de servicios públicos y la escasa efectividad de los intentos por establecer precios máximos en los productos de la canasta básica.

Mayo podría ser, entonces, el primer mes de 2020 en el que los alimentos evolucionen por debajo del IPC global, fenómeno que al menos ya fue anticipado por la consultora Orlando Ferreres y Asociados, que fijó una estimación de 1,3% para la inflación general y del 1% para Alimentos y bebidas no alcohólicas.

Por otra parte, la consultora Focus Market, dirigida por Damián Di Pace, destacó que en mayo hubo categorías de productos de consumo masivo que tuvieron bajas en sus precios, básicamente por la abrupta caída de la demanda.

Esos productos son las cervezas (con una baja del 6,5% respecto de los niveles de abril), pañales (-4,3%), leudantes (-2,5%), hamburguesas (-2,1%) y desodorante de ambientes (-1,9%).

De todos modos, esos descensos de precios se compensan con las subas en premezclas (10,8%), huevos (9,8%), enlatados de pescados (7,9%), jabón en barra (7,6%), salchichas (7,2%), cigarrillos (6%), Nuggets (5,6%), harina (5,6%), sales (5,5%) y manteca (5,4%).