La incidencia de la inflación en la licuación real del gasto es motivo de recurrentes comentarios, pero un análisis detallado de las cuentas públicas de agosto permite comprobarla de manera fehaciente, como para dejar en claro que el ajuste aplicado el mes pasado no tiene precedentes en los últimos años y hay que remontarse al 2002 para encontrar casos similares.

De acuerdo con el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), la mayoría de las partidas del gasto social y los subsidios económicos tuvieron aumentos nominales inferiores a la inflación.

En ese sentido, el gobierno tuvo en la inflación un aliado fundamental: como la ley de Movilidad ajusta en función de la inflación pasada, una aceleración del alza de los precios genera una baja en términos reales.

Así, las prestaciones sociales en general tuvieron en los últimos doce meses un aumento del 49,8%, pero como en el mismo lapso los precios minoristas subieron 78,5%, en los hechos ese aumento nominal fue una caída real del 16,1%.

El detalle de las prestaciones muestra que las jubilaciones y pensiones registraron un incremento nominal del 56,2%, que en rigor fue una baja real del 12,5%, mientras las asignaciones familiares cerraron el mes con un descenso real del 14,2%,  que en el caso de la Asignación Universal por Hijo llegó al 31%.

Peor les fue a las pensiones no contributivas, con una retracción en términos reales del 26,1%.

La baja real de los subsidios fue aún mayor (42,6%), aunque no obedeció a una suba de tarifas sino a una política de CAMMESA  de concentrar las importaciones de gasoil en los meses previos.

Fue así que los subsidios a la energía -el principal destino de esos recursos- registraron una caída del 46,8%, mucho más que la baja real del 3,6% en los girados al sector de transporte, en coincidencia con el aumento del 40% en el pasaje de colectivos.

Todo indica que el ajuste vía inflación continuará en septiembre, aunque en el caso de las prestaciones sociales puede ser neutralizado por ser el primer mes de aumento de la cuarta cuota anual de la Movilidad Jubilatoria.

En cuanto a los subsidios, la primera tanda de los tres aumentos bimestrales en las tarifas de energía eléctrica, gas y agua corriente, además de la menor necesidad de importación de combustible, serán los segundos «aliados» del ajuste fiscal.

 

 

Por NP