Buenos Aires, may 26 (ANP) – La exportación de trigo en la campaña 2020/21 reportaría ingresos para Argentina de u$s 3.100 millones, tras la posibilidad de producir hasta 22 millones de toneladas, de las cuales más de un 70% tendría destino externo.

“La extraordinaria performance que reportaría el complejo triguero se sustenta en el avance de las siembras previstas para la nueva campaña 2020/21”, explicó el último informe de la Guía Estratégica Agrícola (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, donde se indicó además que la proyección de coberturas con el cereal ronda las 7 millones de hectáreas para el presente ciclo, cifra que reportaría un incremento del 3% contra el anterior.

Los números y pronósticos resultan muy promisorios, según el reporte realizado por Federico Di Yenno y Emilce Terré, donde en la línea de largada para la campaña triguera se avizora un resultado que podría trepar a 22 millones de toneladas. Esto permitiría –según calculas los especialistas- que la cadena de valor pueda disponer de exportaciones por un récord de 15,5 millones de toneladas.

De acuerdo a los cálculos, este volumen de ventas externas permitiría obtener ingresos por u$s 3.100 millones, esto tras implantar y cultivar cerca de 7,1 millones de hectáreas, un nivel verdaderamente histórico para Argentina. Dicho monto aún estaría lejos del récord obtenido allá por 1920, bajo la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, cuando se logró cubrir 9,2 millones de hectáreas.

Según la previsión de la entidad bursátil, los despachos al exterior de grano podrían alcanzar los 14,5 millones de toneladas, más de 2 millones por encima de lo exportado en la campaña actual y, superando en 1,7 millones de toneladas, el récord anterior de 12,8 millones de toneladas obtenido en la campaña 2016/17.

Continuando en esta línea, la molienda doméstica, junto a los balanceados, demandaría cerca de 6,6 millones de toneladas, dejando allí otro millón de toneladas de reserva como uso para semillas y también empleo residual.

Los molinos demandarían unas 4,9 millones de toneladas para la producción de harina, de las cuales casi el 90% de estas existencias tendría por destino el consumo doméstico de fideos, pan, facturas y otros farináceos. Allí un volumen de 700 mil toneladas se vendería al mercado externo.