La inflación acumulada en tres años y cuatro meses de la Presidencia de Alberto Fernández ya llegó al 387% y superó en 92 puntos porcentuales la de toda la gestión de su predecesor, Mauricio Macri, en más de doscientos puntos a cualquiera de los dos períodos presidenciales de Cristina Fernández de Kirchner y sextuplicó la de los cuatro años y medio de Néstor Kirchner, en la que se desempeñó como jefe de Gabinete del principio al final.

Pero ese elevado porcentaje puede ser mucho mayor para cuando complete sus cuatro años de mandato, a la luz de la aceleración constante del aumento de precios al consumidor, con el riesgo de acercarse a los cuatro dígitos si persiste la tendencia creciente del último año y medio, lapso en el que la inflación interanual se triplicó.

Por lo pronto, el 7,7% de marzo no es una excepción, si se tiene en cuenta el relevamiento de la Fundación Libertad y Progreso para las dos primeras semanas de abril, en la que los precios al consumidor mostraron una suba de 5,3%, con una desaceleración en comparación con el acumulado observado en las primeras dos semanas de marzo (6,4%).

Las proyecciones de LyP para las próximas semanas colocarían a la inflación de abril en 6,1%, aunque con una tendencia creciente para el resto del año en función de los atrasos tarifarios y la necesidad de reducir los subsidios a las empresas de los sectores de energía y de transporte.

En cuanto al precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayor rubro dentro del índice (23%), se observó un avance del 5,9% en la primera mitad del mes, desacelerándose 0,3 punto porcentual en relación con la segunda semana de marzo. Entre los rubros que más aumentaron estuvieron “Bienes y servicios varios” (11%), “Restaurantes y hoteles” (9,1%), “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (6,8%) y “Mantenimiento del hogar” (6,1%)”.

En abril los bienes y servicios regulados inciden en más de 1 punto en la suba del IPC general. Esto debido a que se registran en el mes subas en electricidad, prepagas, colegios privados, combustibles y transporte público.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dijo “para comprar lo liquidado el BCRA deberá expandir la cantidad de dinero en unos $1,5 billones, lo que equivale a cerca del 30% de la base monetaria actual. Una expansión monetaria de este tipo presionará simultáneamente en tres frentes. Primero sobre los tipos de cambio paralelos, sobre los cuales se volcará una parte del sobrante adicional de pesos. Segundo, sobre el déficit cuasifiscal, ya que es esperable que el BCRA esterilice la emisión del dólar agro con pasivos remunerados; lo que seguramente traiga aparejado una suba en las tasas de interés. Y, tercero, sobre los precios.”

Marí agregó “que el gobierno haya apostado por una medida de este tipo cuando estamos entrando al momento de mayor liquidación de exportaciones del año es señal de que las reservas del BCRA estaban en estado crítico. La apuesta es a adelantar la liquidación, recuperar las reservas netas y, por lo menos, acercarse a la meta revisada de finales de junio con el Fondo. Para hacerlo se emitirá para pagar “caro” las divisas y se incurrirá en una pérdida patrimonial sobre el BCRA que superaría los 3 mil millones de dólares”.

El economista Lautaro Moschet, explicó que “hasta que no se lleve a cabo una reforma profunda de la política monetaria, que genere un shock de confianza, las expectativas no van a cambiar y la dinámica de la inflación no quebrará su tendencia alcista».

«Se necesita un gran compromiso del Ministro de Economía, así como también del presidente del Banco Central, para poder coordinar la política fiscal con el objetivo de bajar la inflación. Hoy en día la situación es inversa, es decir, tenemos un Banco Central a la orden del Tesoro para cubrir sus gastos y esa transferencia de recursos se produce a costa de la degradación del peso y, en definitiva, de mayor inflación”, completó.

Por NP