Según explicó el consultor de Horus, Esteban Neme, el principal factor que determinó la posición mayoritariamente negativa fue el temor a un fuerte ajuste vinculado al acuerdo. “La gente tiene miedo a los ajustes que puedan provocarse a partir del acuerdo, principalmente el impacto en los precios de productos y servicios. Un miedo asociado a la situación económica y a la implementación de medidas concretas que afecten el bolsillo, ligado a la desconfianza existente en quienes gobiernan”, resumió.
El sondeo mostró además que la sociedad no está discutiendo si la deuda debe ser pagada o no, sino «las consecuencias económicas que esa negociación tendrá luego en su vida y el bolsillo», señaló la consultora en un comunicado.
En este punto, en Horus enfatizaron que, mientras los actores políticos hoy se enfrentan por la culpabilidad del préstamo asumido con el FMI, la gente está preocupada por el impacto que el acuerdo tendrá en la vida cotidiana y en los precios. Tampoco parecen confiar en los datos inflacionarios ni en la eficacia de las medidas que ha tomado el gobierno hasta el momento para combatir la inflación, particularmente el programa de Precios Cuidados.
Por otra parte, la encuesta arrojó que los grupos de la sociedad que se encuentran en situación de vulnerabilidad y aquellos con menor nivel educativo, son los que ven un vínculo estrecho entre sus logros y el accionar del Estado.
En conclusión, se observó que los argentinos coinciden en que el Estado debe asegurar una estabilidad económica, y también en rechazar cualquier medida de ajuste derivada del acuerdo. «Por el contrario, exigen un impacto moderado que se consigue a través de un paquete de medidas fuerte capaz de sostener y mejorar la situación económica actual», que debería incluir el recorte de la inversión en planes sociales, mayores recursos para los jubilados, y la disminución en el gasto en sueldos de la dirigencia política.