La aplicación de subsidios en la mayor parte de los servicios públicos provocó en las dos últimas décadas una distorsión en los precios relativos que no pudo contrarrestarse con los ajustes aplicados a lo largo de 2022, al punto que en septiembre el retraso promedio en términos reales llegó al 26% en doce meses y al 65% respecto del 2001, último año de vigencia de la Convertibilidad.

Así lo comprobó el Centro de Estudios en Finanzas Públicas (CEFIP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de La Plata (UNLP), en la actualización del Índice de Precios y Tarifas, realizado por Thomas García y Octavio Bertín.

«La variación promedio general del índice tarifario con respecto al trimestre anterior fue del -3%», destacaron los investigadores, dejando en evidencia que los ajustes nominales no alcanzaron a compensar la inflación acumulada en ese lapso, una brecha que se amplía al considerar períodos más prolongados.

En ese sentido, el CEFIP aclaró que «la variación interanual septiembre 2022 – septiembre 2021 fue del -26%» y que «con respecto a abril de 2019, cuando comenzó el congelamiento tarifario, el nivel general
disminuyó 60%».

En cuanto a la comparación con el nivel promedio de 2015 -antes de iniciado el proceso de incrementos tarifarios dispuestos en la Presidencia de Mauricio Macri-, el nivel general aumentó 58%, aumento que se contrapone con la caída del 65% si se toma como referencia el nivel de 2001.

Al respecto, cabe aclarar que a partir de 2002, con la caída de la Convertibilidad y la renegociación de los contratos de concesión de los servicios públicos, comenzó a aplicarse una política de subsidios que continúa en la actualidad y que en las dos décadas representó para el Estado nacional un gasto de más de US$ 150.000 millones.

Asimismo, esos subsidios, al no aplicarse de manera uniforme en todo el país, produjo una marcada distorsión en los valores de las tarifas de servicios públicos entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el resto de la Argentina donde, por ejemplo, el precio del pasaje del autotransporte urbano de pasajeros llega a triplicar al vigente en CABA y el conurbano.

En base al informe del CEFIP -y sólo tomando el promedio- las tarifas tendrían que aumentar un 185% para alcanzar el nivel que tenían en 2001 y, a partir de entonces, seguir acompañando la evolución de los precios.

El centro agregó que «entre abril de 2019 cuando comenzó el congelamiento y septiembre de 2022 el nivel general disminuyó 59,7%», para todos los niveles de ingresos, pero en el caso de los servicios de electricidad y gas
residencial, agua y cloacas y transporte ferroviario y automotor de pasajeros el deterioro es «del orden del
68%».

 

Por NP