BUENOS AIRES (ANP).-  A esta altura del partido uno sabe que las cosas que compran no son “para toda la vida” o por lo menos, 20 años, como la vieja heladera Siam (foto) que supe heredar de mis padres y la terminé vendiendo, haciendo caso a malos consejos.

   Incluso en las redes se pueden ver y leer informes de autos cuyas nuevas versiones son de inferior calidad a las anteriores de hace seis u ocho años. Pero si uno tiene que pasar por “el drama” de cambiar de teléfono celular, las triquiñuelas de las grandes compañías lindan con el abuso.

No solo el celular viene sin cargador, sino que la terminal de entrada y de salida del cable es diferente a las ediciones anteriores. Entonces, un teléfono que cuesta $ 200.000, termina en los $ 300.000 porque tenés que comprar el nuevo cargador con la “nueva ficha”” y desechar los anteriores.

Pero por ahí uno tiene la ilusa idea de que debe haber un “adaptador” de fichas que te permita utilizar el cable del cargador viejo, en el nuevo celular. ¡Y si, existe! Pero cuesta casi tanto como comprarte un cargador, que gracias a la “promo” viene con auriculares de regalo.

Para nuestra suerte, “el mercado” también ofrece opciones y ahí donde hay una necesidad, nace un negocio, y el de la venta de cargadores y adaptadores que se vende por fuera de las ofertas de las principales compañías del ramo.

Así que queridos amigo, si se compran un celular, no esperen mucho más que el aparato, el resto, dejen de lado a las mejores casas del ramo y comiencen a peregrinar por los pequeños negocios o terminales de venta de artículos electrónicos, y “surfear la ola”, que las cosas, seguramente, van a ser mucho más efímeras en el corto plazo.

 

Por NP