En una carrera contra la inflación en la que siempre corrió desde atrás, el Banco Central subió hoy la tasa de Política Monetaria por sexta vez en lo que va del año. En esta ocasión, el alza fue de 800 puntos básicos (8 porcentuales), que llevará a la tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, pasando de 52% a 60%, lo que representa una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 79,8%.
Al mismo tiempo, se elevaron los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos de personas humanas, estableciendo el nuevo piso en 61% anual para las imposiciones a 30 días hasta 10 millones de pesos, lo que representa un rendimiento de 81,3% en términos efectivos anuales.
Queda por dilucidarse si la tasa para plazos fijos, equivalente a un 5,08% mensual pasará de una vez por todas a ser positivas en términos reales (es decir, superiores a la inflación), si se tiene en cuenta que desde marzo el Índice de Precios al Consumidor muestra niveles superiores a esa marca y que la inflación que muchos consultores proyectan para julio se ubica entre el 7% y el 8%.
Para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 54%, lo que representa una TEA de 69,6%.
La autoridad monetaria aseguró en un comunicado que «la economía enfrenta un incremento en la volatilidad de precios en un contexto de fluctuación financiera no correlacionada con los fundamentos macroeconómicos del país», por más que haya sido el mismo Banco Central el que incrementó en los últimos doce meses un 46,6% la base monetaria y un 189,8% el stock de Leliqs.
Pero el propósito del Banco Central de tornar más atractivas las colocaciones en pesos tiene como contracara un incremento del mismo orden de la tasa de Leliqs, esto es mayores intereses en el endeudamiento al que recurre semanalmente el mismo BCRA, en volúmenes cada vez mayores y que no hacen más que aumentar el déficit cuasifiscal.

Por NP