BUENOS AIRES, Dic 15 (ANP).- A todas las tragedias colectivas, ya sean catástrofes naturales o desastres provocados por el hombre, necesitamos ponerles un nombre, esa denominación especial que les imprima identidad para los registros históricos y que además ayude a que las nuevas generaciones la tengan más presente en la memoria.

Pero el nombre escogido para designar lo que Argentina vivió el 20 de diciembre de 2001 no le hace justicia a lo que sucedió esa vez, cuando cientos de manifestantes salieron a la calle en distintos puntos del país para protestar contra el gobierno de Fernando De la Rúa. La represión de parte de las fuerzas de seguridad fue brutal y dejó un saldo de 39 muertos a lo largo de dos jornadas de violencia, episodio que para muchos quedó eternizado como la Matanza de Plaza de Mayo.

Ese nombre es, al menos, insuficiente para englobar los sucesos de esos dos días porque de las 39 víctimas, siete fueron asesinadas en Plaza de Mayo y sus alrededores. Las 32 restantes encontraron la muerte en distintas provincias -11 de ellas en el Gran Buenos Aires- aunque jamás se procesó a ninguna autoridad provincial ni a un efectivo de las policías locales. Nadie respondió por esos crímenes.

Para la historia oficial, en la conciencia del ya fallecido expresidente De la Rúa quedaron bien anotadas todas estas muertes, no sólo las siete ocurridas en CABA. Se sabe que De la Rúa fue enjuiciado por cinco muertes y lidió con la parte de responsabilidad que le tocaba hasta fines de 2012, cuando fue definitivamente sobreseído. La Justicia consideró que había incurrido en mal desempeño de sus funciones, pero no en el delito de homicidio.

Los que sí recibieron penas de cárcel fueron diez hombres, algunos acusados de ideólogos y otros de ejecutores. Todos ellos eran funcionarios nacionales y efectivos de la Policía Federal, y recibieron condenas de entre tres y cuatro años y medio de prisión. Solo uno de ellos cargó con 6 años. Sin duda, poco castigo para semejante deuda impagable.

En cambio, de lo que sucedió con los 32 asesinados y sus asesinos se sabe poco. Un exhaustivo artículo publicado hace tiempo por La Izquierda Diario recopiló detalles pormenorizados sobre las víctimas y las circunstancias que rodearon sus muertes. Eran personas que protestaban por la falta de trabajo, algunos militantes, otros transeúntes desprevenidos, vecinos que corrieron asustados. Todas muertes absurdas.

El enigma entonces es por qué si estos ataques tuvieron lugar en siete provincias -cuatro gobernadas por el PJ y tres por la UCR- ningún gobernador fue cuestionado. En ninguno de estos casos el que disparó era miembro de la Policía Federal sino que eran efectivos de los cuerpos de policías locales. De hecho, Buenos Aires y Santa Fe estuvieron a la cabeza en el ranking de víctimas, con 11 y 9 muertos respectivamente, pero los entonces gobernadores Carlos Ruckauf y Carlos Reutemann nunca fueron convocados por la Justicia para determinar su responsabilidad.

Todos tus muertos

Para muchos, lo que pasó aquel día de diciembre hace 20 años siempre será simplemente la Matanza de Plaza de Mayo y Fernando De la Rúa, el único culpable. Para otros, la explicación de lo que pasó tiene que ver con muchos culpables, algunos poseídos por el flagelo del gatillo fácil, pero otros guiados quizás por un complot que buscaba acelerar la caída del gobierno, que hacía tiempo tambaleaba en medio de una dramática recesión económica.

Como suele suceder, los tiempos judiciales en el caso de estas muertes se extendieron tanto que pasó lo obvio: el fallo se pronunció recién en 2016 y tuvo poca repercusión mediática en comparación con otros escándalos, como fue el del accidente de LAPA. Pronto los condenados fueron olvidados y jamás durante esos años se investigó a un funcionario provincial para saber quiénes ordenaron disparar aquellas 32 balas anónimas.

Por eso, será interesante la miniserie “Diciembre 2001”, una propuesta que pronto lanzará la plataforma Star+ dirigida por Benjamín Ávila y escrita por Mario Segade. Basada en la novela “El Palacio y la Calle”, de Miguel Bonasso, esta docuserie buscará recrear las últimas horas del gobierno de De la Rúa y las circunstancias que gestaron la tragedia. Quizás en sus seis episodios pueda responder alguno de los interrogantes que siguen rondando, 20 años después.

Por NP