Buenos Aires, mar 21 (ANP) – La exitosa restructuración de la deuda llevada a cabo por el gobierno el año pasado, no alcanzó para despejar las dudas sobre la Argentina. Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, trata de convencer a los fondos que ingresaron al canje de que el precio de los mismos va a subir en algún momento, algunos reportes privados empiezan a advertir que el precio de paridad que tienen los papeles entregados en la operación indican un nuevo default dentro de dos o tres años.

Un informe de la consultora Quantum, del economista Daniel Marx, advierte que los precios actuales de los bonos (en el ordel del 33% de paridad) están en niveles que pueden compararse con bonos non performing» lo cual, señala «tendrían incorporado con una ponderación relativamente alta la posibilidad de que se vuelvan a reestructurar».

El escenario es 2024. Ese año comienzan a vencer los intereses de los bonos entregados durante el canje del año pasado. Los analistas creen que en ese momento la tasa de referencia de los Estados Unidos se podría ubicar en el 2,25%, casi el doble de la actual. Por lo menos, eso es lo que indicó la semana pasada la tasa implícita de 10 años de los Bonos del Tesoro norteamericano.  Los analistas consideran probable que para ese momento la FED tenga que subir la tasa, en un contexto de una recuperación económica, para evitar un aumento de la inflación.

«Hace siete meses, cuando se cerró el canje – exitoso si se lo mide por la magnitud de ahorro en servicios de la deuda de los próximos años- el precio que destrabó el acuerdo con los acreedores fue US$ 55 descontados al 10% anual, tasa que se suponía podía ser de mercado post canje», recordó la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx.

Sin embargo, señala que transcurridos siete meses «hoy el rendimiento promedio es 17,6%», en un derrotero en el que «la tendencia fue siempre a la baja, aun en condiciones financieras internacionales muy favorables para Argentina».

Las razones de esa mala performance, aún después de una reestructuración favorable, se debería a la «confusión generalizada»  sobre el rumbo económico, la «extraordinaria baja liquidez» de los bonos y el «riesgo de crédito» en todos los países emergentes.
«Para los inversores la falta de definiciones aumenta el riesgo de que Argentina deba volver a reestructurar la deuda con los acreedores privados una vez transcurrido el período de gracia», advirtió Quantum.