BUENOS AIRES (ANP).- Esta vez no hubo eufemismo. Cristina Fernández de Kirchner le endilgó a Axel Kicillof la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires, por no haberla escuchado y haber desdoblado las elecciones, al mismo tiempo que llamó “a la unidad” del partido.

Hábil, como siempre lo ha sido, la ex mandataria, destacó que “no habla con el diario del lunes”, con el resultado puesto, sino que ella se lo advirtió, en público y en privado, al propio Gobernador de la provincia, que la estrategia de desdoblar las elecciones podría jugarle en contra al peronismo.

Todo su extenso relato – tuvo cinco días para escribirlo – parece tener coherencia interna e incluso corroborarse con el resultado, pero la verdad es que no es así.

Lo primero es que omite que Kicillof gobernó dos años la provincia con el kirchnerismo en contra, a tal punto, que no tuvo presupuesto y tampoco pudo tomar deuda para financiar las obras públicas que quería hacer.

Incluso, varios de sus ministros, heredados del gobierno de CFK y Alberto Fernández, ni siquiera salieron “a dar la cara” desde el 2023 hasta la fecha, para defender la gestión del gobernador.

Segundo, y un detalle no menor, es el contrafáctico de su razonamiento. Para ella, el triunfo en las elecciones provinciales del 7 de septiembre, “aglutinó a todo el antiperonismo” en los comicios del 26 de octubre. ¿Y que garantizaba que si se unían las dos elecciones no iba a ganar La Libertad Avanza?

Habrá que recordar que en la segunda vuelta del 2023, el peronismo ganó la provincia sólo por el 2% de los votos, y que de esta manera, Kicillof se aseguró una mayoría en el Senado provincial, y varias consejos deliberantes de los 135 municipios que integran el territorio.

Cómo siempre, con Cristina, el problema es “de los otros”, pero ella armó la lista de la provincia de Buenos Aires, poniendo a la cabeza a Jorge Taiana, quien solo quería y podía debatir con Karen Reichardt.

En uno de sus párrafos, CFK destaca que el resultado de la elecciones “se materializa en un marco de alarma política y social por el creciente ausentismo e indiferencia ciudadana frente al acto electoral, que caracterizamos en 2017 en el Parlamento Europeo como insatisfacción democrática”.

Habría que preguntarle a ella, que gobernó 12 años, y que dirige el mayor partido político de Argentina, a qué se debe esa insatisfacción democrática, que se traduce en apatía a la hora de votar.

Por NP