BUENOS AIRES (ANP) El déficit fiscal de 2024, tanto primario cono financiero, será por lo menos similar al de 2023 y en consecuencia superior a lo de los últimos cinco años, con excepción de un 2020 marcado por la cuarentena, cualquiera fuera el ganador del balotaje del 19 de noviembre, de acuerdo con las proyecciones formuladas por el director de la consultora Economía & Ética, Diego Giacomini.

En su último semanario económico, Giacomini también advirtió que, al menos en su primer año de gestión, el futuro presidente no tendrá opciones a intentar reducir ese déficit por vía de una mayor recaudación (por emisión, mayor carga impositiva o una combinación de ambas), ya que el gasto «tarda en bajar».

Para el economista, «sin cambios fiscales en la política tributaria actual, es decir, si el próximo gobierno deja ‘todo’ cómo está ‘ahora’; el déficit fiscal 2024 sería exactamente igual que el déficit del 2020; o sea, el mismo déficit que hubo con la Cuarentena Delictiva y cuando el Estado pagaba el sueldo o parte del sueldo a los que no dejaba que trabajaran».

En ese marco, agregó, «se comprende que la actual política fiscal es insostenible y que el próximo gobierno, sea cual sea, procurará subir la presión tributaria, ya que en un año no se puede bajar el gasto público en esa magnitud. Y esta estimación es sin una fuerte caída del PBI que podría acontecer».

«De esta manera, queda claro el próximo presidente, sea JM (Javier Milei) o sea STM (Sergio Tomás Massa), su gobierno irá por mayor recaudación; a ninguno de los dos candidatos les quedará otra alternativa», aseguró.

Si bien admitió que lo más seguro es que «JM subirá la recaudación menos que STM» los dos potenciales futuros jefes de Estado intentarán hacerla crecer.

«Muy probablemente, JM irá por una licuación de gasto mayor que STM. Aunque está claro que el agujero fiscal es tan grande, que ni
siquiera JM podrá intentar cerrar la brecha fiscal por la vía del gasto exclusivamente, ya que el gasto tarda en bajar y en mientras tanto no
quedaría otra que emitir», advirtió, tras lo que consideró que, en caso de ganar, Milei «deberá elegir entre emitir y/o cobrar más impuestos».

Al respecto, estimó que «lo más probable es que termine no teniendo alternativa y no le quede otra que hacer una mezcla», una opción que también le quedará a Massa con una diferencia entre ambos que se limitará a «la tonalidad de los grises».

Para fundamentar estas proyecciones, Giacomini sostuvo que «hay que comprender que 2023 será el segundo año consecutivo con aumento del déficit fiscal, tanto primario como financiero».

«El déficit primario 2023 (-3,6% del PBI) será más del triple que el que había en 2019 (-0,9% del PBI). El déficit financiero 2023 (-5,4% del PBI) aumentará menos que el déficit primario cuando se lo compara contra 2019 (-3,4% del PBI), ya que el pago de intereses se mantiene ‘pisado’ debido a la reestructuración de deuda», indicó, para luego señalar que «cuando se compara 2023 contra 2022 el déficit primario
sube 50% y el déficit financiero crece 28,5%», mientras que si el contraste es contra 2019 «el déficit primario sube 300% y el financiero
58,8%», con un desvío en las metas del FMI del 89,4% (déficit primario) y 92,8% (déficit financiero).

Pero también puso de relieve el «gran cambio del escenario fiscal» cuando se compara el resultado final del año con el de los primeros nueve meses, debido al «fuerte deterioro» causado en el último trimestre por el denominado «plan platita».

En ese sentido, puntualizó que «el plan platita del ministro STM reduce la licuación del gasto a ¼ en relación con la licuación del gasto que había en los primeros 9 de 2023, ya que se reduce de -1,9% a -0,5% del PBI».

«El plan platita de STM tiene un impacto muy negativo en el ejercicio fiscal 2024, ya que hace crecer exponencialmente el déficit fiscal
durante el próximo año», alertó, para finalizar indicando que «si en 2024 no se cambiara absolutamente nada de la política fiscal tributaria modificada por STM, los ingresos fiscales totales caerían 3p.p. del PBI, lo cual aumentaría el déficit fiscal primario y financiero a 6,6% y 8,4% del PBI, respectivamente».

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Por NP