BUENOS AIRES, JUL 27 (ANP).- Si Ben Affleck y Jennifer López pudieron amigarse después de tirarse puñales por más de dos décadas, ¿por qué no pueden Cristina y Alberto reencontrarse y ser nuevamente aliados, y además hacernos creer que esa buena relación es verdadera? Ya se sabe que el tiempo lo cura todo, y lo sana más rápido si de por medio hay alguna ventaja adicional, de manera que sólo es cuestión de ponerle buena voluntad, como hizo la actual dupla gobernante.

Claro que no fue fácil. El presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Kirchner tuvieron que remarla y dejar muchos sinsabores atrás para poder llegar a un acuerdo, porque no hay que olvidar que la historia que comparten tuvo sus momentos regulares, malos y pésimos.

De hecho, un día como hoy pero de hace diez años, los periódicos se hacían una panzada con las fuertes declaraciones de la entonces jefa de Estado, quien acusaba a su exjefe de Gabinete (Alberto, precisamente) de haber sido “vocero del Grupo Clarín” ante el gobierno de su marido, el fallecido Néstor Kirchner. Ni corto ni perezoso, Alberto respondió fuerte: “No hace falta fabular batallas para parecer heroica”. Hoy las redes sociales recordaron aquel tenso intercambio.

Por esos días, Cristina venía con los nervios de punta porque poco antes el kirchnerismo había sido apaleado en la elección de gobernador de Santa Fe, y porque ya sabía que tenía encima la inevitable reelección de Mauricio Macri en CABA. Todos los reveses electorales eran para ella y su entorno entera culpa de la prensa, en especial de Clarín.

Aunque había sido jefe de campaña y fiel colaborador de Néstor Kirchner, por esa época Alberto Fernández ya se había alejado del cargo de jefe de Gabinete y había pasado a integrar el bando de los amigos de los medios hegemónicos por lo que, a los ojos de toda la cúpula kirchnerista, AF era un enemigo.

Desde su renuncia, allá por 2008, AF lanzó muchos y muy duros cuestionamientos al gobierno de CFK: el memorándum de Irán, la inflación, la cuestión Venezuela y la muerte del fiscal Alberto Nisman, fueron los más resonados. El abismo entre ambos parecía insalvable.

Pero la vida tiene vueltas y en 2019, cuando la imagen del gobierno de Macri caía y caía, Cristina sacó un inesperado as de la manga y dejó en shock a todo el país, al anunciar que integraría la fórmula presidencial secundando como VP a uno de sus más fervientes detractores: Alberto Fernández.

Obviamente, las críticas de Alberto cesaron para dar lugar a un manantial de elogios hacia la figura de CFK, aunque ella nunca le haya devuelto la cortesía públicamente. Atrás habían quedado más de diez años de enfrentamientos políticos de alto calibre que, vistos desde una óptica suavizada por el tiempo y las necesidades de la política, hoy sean solo pequeñas rencillas.

Por NP