Buenos Aires (ANP, por Alberto Galeano).- Joe Biden sabe con certeza que la lucha por la restauración federal del aborto en Estados Unidos puede acrecentar su popularidad e incluso llevarlo a ganar la reelección del año próximo contra Donald Trump.
Nadie conoce mejor que el propio presidente demócrata, un católico practicante de 80 años, recibido en el Vaticano por el Papa Francisco, que el apoyo a su gestión está en el orden del 40 %, debilitado por la economía y la inmigración, tras arrancar en enero de 2021 con un 53 % de respaldo.
Por eso, a principios del año pasado, Biden anunció una serie de medidas para proteger a las mujeres que decidieran abortar en el país, entre ellas el refuerzo de una ley que prohíbe la discriminación por motivos de género, conocida como Título IX.
Además, pidió al Congreso -dominado por los demócratas- que impulse una ley federal para proteger ese derecho que rigió durante casi 50 años en la vida estadounidense, pese a que los republicanos insisten en que “el aborto mata vidas”.
El expresidente Trump (2017-2021), apelando a su influencia entre los grupos conservadores, dijo que la decisión del Tribunal Supremo de anular el caso Roe versus Wade era “la voluntad de Dios”. Sin embargo, a diferencia de la derecha cristiana, el magnate inmobiliario no es un fanático de la prohibición federal.
La sentencia del Tribunal Supremo de 1973, revocada el 24 de junio de 2022 con el apoyo de jueces conservadores nombrados por Trump, no declara al aborto ilegal, sino que devuelve a los estados la decisión de prohibir o permitir esa decisión de la mujer.
En la actualidad, el embarazo es ilegal en 14 de los 50 estados, en tanto otros dos estados han cancelado este procedimiento una vez transcurridas las seis semanas de embarazo, según informes del diario británico The Guardian.
Así y todo, en cinco estados existen leves restricciones, mientras que en otros 20, a los que se agregan Puerto Rico y Washington DC, la capital del país, la interrupción del embarazo es legal en etapas avanzadas.
En las elecciones celebradas el martes 7 de noviembre en varios estados de la Unión, Biden recibió un fuerte respaldo a su propuesta de acceso al aborto, sobre todo en el estado pendular de Ohio, de tendencia conservadora, donde Trump ganó las últimas dos elecciones, así como en Kentucky y Virginia.
La historia dice que Jane Roe fue el seudónimo utilizado por Norma L. McCorvey, una mujer soltera que reclamaba el derecho al aborto inducido por violación, mientras que Henry Wade era el fiscal del condado de Dallas,Texas, que se oponía fervientemente a la interrupción del embarazo.
El tribunal del distrito falló a favor de Roe, sin establecer cambio en la legislación sobre el aborto inducido, pero el 22 de enero de 1973, luego de varias apelaciones, la Corte Suprema de Justicia estableció que la mujer tiene derecho a practicarse un aborto, sin la intervención indebida del gobierno.
Para Dulce Chaves, coordinadora del Centro de estudios en Género del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, “una de las grandes paradojas de estos grupos que niegan la autonomía de los cuerpos de las mujeres y feminidades, y que alientan leyes que abogan por la desprotección de más de la mitad de la ciudadanía, es que argumentan su postura anti-derechos desde una supuesta moralidad ´pro vida´”.
“Esto, precisamente, no es coherente con las múltiples exclusiones y violencias a las que las mujeres y otros grupos sociales desfavorecidos se encuentran expuestos cotidianamente en Estados Unidos. Es decir, más que la preocupación por la vida, se demuestra un absoluto desprecio por el avance de las conquistas feministas y de otros colectivos históricamente oprimidos, bajo el amparo de la ley”, dijo la académica en declaraciones a la Agencia Nuevas Palabras (ANP).
Chaves señaló, además, que “la comunidad internacional debe presionar para que no exista un retroceso en los derechos humanos de las mujeres estadounidenses, ya que cuando éstos se restringen las principales víctimas son las personas feminizadas, empobrecidas y discriminadas por raza”.
Desde que el Tribunal Supremo anuló el derecho a la interrupción del embarazo, la mayoría de los estados gobernador por los republicamos impusieron severas restricciones, mientras que los gobernadores demócratas trataron de aliviar los derechos de las mujeres.
En cualquier caso, la anulación de un derecho que rigió durante casi medio siglo fue, sin duda, una gran victoria para Trump, ya que el mandatario había prometido nombrar jueces que anularan la sentencia.
Actualmente, el magnate republicano supera a Biden en la carrera a la presidencia, por 46,7 contra 45,1 por ciento, según el promedio establecido con varias encuestas por el sitio Real Clear Politics.
En los últimos meses, Biden ha recibido el apoyo de organizaciones como Planned Parenthood (paternidad planificada), NARAL (aborto nacional y liga por los derechos reproductivos) y Emily´s List que pidieron votar al presidente y a la vicepresidenta, Kamala Harris, en las elecciones de noviembre de 2024.