Las turbulencias en el mercado financiero y las incertidumbres en el plano político, cuando faltan dos meses para la definición de las listas de precandidatos, conforman un «contexto complejo» que afecta de manera directa al propósito oficial de embolsar unos 9.000 millones de dólares de aquí hasta agosto con la implementación de la tercera edición del Programa de Incremento Exportador (PIE), denominado popularmente como «Dólar Agro».
Un análisis de la consultora Quantum Finanzas, comparando las evoluciones de las tres ediciones del programa, deja en evidencia las dificultades para alcanzar esa meta y, por consiguiente, abre el interrogante sobre cómo obtendrá el Gobierno los recursos faltantes.
Al respecto, señaló que «la tercera edición del Dólar Soja está generando menor oferta inicial de divisas a la anticipada por el Gobierno, y no está contribuyendo al objetivo de acumular reservas», al punto que «desde su inicio,
las compras netas acumuladas efectuadas por el Banco Central en el MULC por US$ 371 millones (datos al 17 de abril), se ubican levemente por debajo de lo ocurrido en la versión 2, y muy por debajo de la versión 1, cuando en el mismo tiempo las compras netas acumuladas alcanzaron US$ 1.194 millones».
Por otra parte, si bien el incentivo para exportar medido por la diferencia porcentual entre el Dólar Soja y el tipo de cambio oficial en la versión 3 del programa es de 42% y no es significativamente diferente a la de las dos versiones
anteriores, lo que cambió es que «actualmente es mayor la tasa de inflación y la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial», indicó.
En ese marco, la entidad dirigida por Daniel Marx consideró una series de condicionantes que conspiran contra el interés del gobierno, entre los que señaló en primer lugar el escaso stock disponible de la oleaginosa.
«Al implementarse el ‘Dólar soja 1’, se estimaba que el stock acumulado de soja en silobolsas superaba los 17 millones de toneladas. A ello contribuyeron, entre otros factores, la importante cosecha de 2022 de 42 millones de toneladas», pero ahora «las estimaciones de stocks acumulado en silobolsas son de algo menos de 8 millones de toneladas y se estima que en esta campaña la cosecha ascendería a 22,5 millones de toneladas, una caída superior al 45% en los volúmenes disponibles».
Asimismo, los precios locales, medidos en dólares libres, son menos atractivos que en las ediciones anteriores: «los ingresos adicionales del productor suben en US$ 36 por tonelada en la esta versión del ‘Dólar soja 3”, que se comparan con US$ 53 de incremento en la versión 1 y US$ 33 en la versión 2», explicó.
Pero también pesa en la decisión de los productores y exportadores «la mayor expectativa de devaluación del tipo de cambio oficial asociada con la dificultad del BCRA para acumular reservas internacionales, algo que no ocurría tan nítidamente en los momentos en que se implementaron las versiones anteriores del ‘Dólar soja'», advirtió Quantum.
Esa expectativa, agregó, «se manifiesta más recientemente en el incremento de los precios de los dólares libres y la cotización del tipo de cambio futuro, en particular en los plazos más allá de agosto de 2023».
Esta advertencia cobra una importancia adicional si se tiene en cuenta que Marx, ex secretario de Finanzas, actualmente es asesor del ministro de Economía, Sergio Massa.
Quantum Finanzas finalizó su análisis manifestando que «la interacción entre las dificultades de acumular reservas, las incertidumbres derivadas del proceso electoral y las gestiones en el exterior para lograr mayores desembolsos de organismos internacionales, incluyendo el FMI, generan un contexto complejo, propicio para que se produzcan tensiones en los mercados de cambios que contrarrestan los incentivos del mayor tipo de cambio para incrementar y acelerar la liquidación de exportaciones».