Buenos Aires, nov 28 (ANP).- La mayoría de los países de América Latina está recurriendo a un aumento de sus tasas de Política Monetaria ante el salto inflacionario que se está generando en gran parte del planeta, como consecuencia de la suba de los precios del petróleo y el gas y la emisión a la que se recurrió en 2020 para hacer frente a la emergencia de la pandemia del coronavirus.
La Argentina constituye una excepción en la región, aunque con niveles inflacionarios previos que la dejan como un caso extraordinario para el análisis, con una tasa de Política Monetaria que se mantiene inalterable desde marzo de 2020 en el 38%, notoriamente superior a la de los países vecinos.
No obstante, la consultora Quantum Finanzas no descarta que en el curso de 2022 el Banco Central opte por modificar la tasa, en el marco de las negociaciones por llegar ca un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a la luz del fracaso de otras variables para atenuar la inflación.
“Cabe pensar que, en el marco del posible programa con el FMI, la interacción entre la tasa de interés en pesos y la expectativa de devaluación del tipo de cambio oficial será un elemento central en el diseño e implementación del programa. Además, en el marco de ese programa la política monetaria debe contribuir a reducir la brecha cambiaria”, puntualizó la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx.
Para clasificar a los países de acuerdo con las políticas aplicadas con la tasa de interés, la consultora identificó tres grupos: desarrollados (Estados Unidos y la zona del Euro), en desarrollo de la región y la Argentina.
En el caso de Estados Unidos y la Zona del Euro, entre 2020 y 2021 la tasa de inflación se multiplicó por 4 en el primer caso (de 1,4% a 5,4%) y por 13 en el segundo (de -0,3% a 4,1%), en tanto para el grupo de los países de la región, las tasas se multiplicaron por 2-3 entre los dos años, habiendo registrado Brasil la mayor inflación anual en 2021 (10,7%).
“En el caso de Argentina, su condición en términos de inflación la ubica en niveles extraordinarios”, remarcó Quantum, en referencia a que si bien el incremento inflacionario porcentual fue inferior al del resto de los países, los niveles superiores al 50% anual la dejan fuera de toda comparación.
También se prevén diferencias para 2022 y 2023, con desaceleraciones en la inflación respecto de 2021 en la mayoría de los países, “salvo en el caso de Argentina, que está en una situación crítica, que indica que la inflación podría aumentar en el futuro según se acuerde o no y cómo se implemente un posible programa con el FMI”, señaló.
Pero esa desaceleración de la inflación no vendrá sola sino colmo resultado de “distintas medidas de limitación de la expansión monetaria y/o aumento de las tasas de interés”, agregó.
Al respecto, Quantum aclaró que por el momento Estados Unidos y la Eurozona no aumentaron las tasas, debido a que “emiten las principales monedas de reserva del mundo (dólar y euro)” y en consecuencia “parecen tener más tiempo y margen para sostener tasas negativas”.
En el caso de los países de América Latina se recurrió a ajustar las tasas, ante la preocupación por la inercia inflacionaria y al riesgo de una caída de la demanda de dinero, con el caso extremo de Brasil, que la subió 575 puntos básicos.
“Para el período 2022-23, los principales analistas esperan tasas de interés reales negativas para Estados Unidos y de la Zona del Euro -aunque menos negativas respecto de las de 2021. Por el lado de los países de la región también se esperan aumentos en las tasas reales, en algunos casos muy positivas como en Brasil, que llegaría a 6% en 2022”, anticipó la consultora.