Los agentes económicos deben “tener en claro que el futuro vamos a extrañar la dinámica actual tanto de la inflación como del dólar” y pensar en “la futura dinámica” de ambas variables “para saber qué costo financiero está dispuesto a pagar en el presente”, ante la posibilidad de contar a mediados de 2024 con un índice interanual de más del 200%.
La advertencia forma parte del último Semanario Económico del director de la consultora Economía & Ética, Diego Giacomini, quien sostuvo que a la luz de los niveles inflacionarios que se vienen, “el dato de inflación de abril ya no es importante”, al igual que la interanual del 108,8%.
“Ambas las vamos a extrañar”, alertó, para agregar que es “clave” evaluar la “dimensión”, pero también la “complejidad” de los acontecimientos económicos.
Al respecto, señaló que, por ejemplo, “la inflación futura importa a la hora de sacar créditos y/o descontar cheques” y en consecuencia “es necesario tener una idea de la futura dinámica de la inflación para saber qué costo financiero se está dispuesto pagar en el presente y durante un determinado horizonte temporal”.
Asimismo, planteó que “sólo hay chances (no certezas) de bajar la inflación con medidas de fondo, difíciles, extremas y dolorosas de tomar”, ya que con la duración y dinámica que ha tomado el proceso inflacionario en la Argentina, “las usuales recetas de manejar la cantidad de dinero, (sólo) dejar de emitir, manejar la cantidad de dinero o la tasa de interés, prometer responsabilidad fiscal y prudencia monetaria suelen ser poco creíbles, no sirve y terminan fracasando”.
En ese marco, aseguró que “hoy en día una Convertibilidad no gozaría de mucha confianza y credibilidad” y, además, “las condiciones de Argentina están y estarán a años luz de ser las adecuadas para dolarizar”.
En este contexto, planteó dos escenarios que podría recibir el próximo gobierno, en el que el “benigno” tendría una inflación que “viaja hacia 161,5% en diciembre de 2023”, un porcentaje del que “nadie puede sorprenderse”, ya que sería el resultado de “una inflación mensual promedio de 8,3% en el año y 9,1% en el segundo semestre”.
No obstante, advirtió que “el escenario tranquilamente podría ser peor” y el futuro gobierno asumiría con una inflación incluso más elevada.
Giacomini indicó que “imaginando un próximo gobierno ‘que hace algo bien’, con “alguna liberalización, algunas correcciones y sinceramientos parciales de precios, la inflación del primer semestre podría saltar a
12,1% promedio mensual en los primeros seis meses 2024, superior al 9,1% de la segunda mitad del 2023”.
Si se asume que “el mercado le cree bastante al nuevo gobierno”, la inflación promedio mensual podría caer a la mitad (del 12,1% al 6,3%) en el segundo semestre”.
“Con este ejercicio, la inflación interanual llega en torno a los 220% interanual en el primer semestre y se desploma a 184% interanual en diciembre 2024.
Siguiendo con su análisis y suponiendo que en 2025 “el próximo gobierno hace todo aún mejor”, pese a tratarse de un año electoral, “la inflación perforaría el piso de 100%” recién en la segunda mitad de ese año.
“O sea, dentro de 32 meses estaríamos alcanzando la inflación que tenía Massa cuando asumió”, pronosticó.