BUENOS AIRES (ANP) El Gobierno anunciará el viernes próximo que en 2024 el Sector Público No Financiero tuvo un superávit del orden del billón de pesos, aunque dejará sigilosamente en segundo plano la verdadera razón de ese resultado: una deuda flotante de más de dos billones que permitirá disimular que el año terminó con un déficit financiero de más de un billón de pesos en la etapa devengada.

La postergación de pagos por parte de la Administración Pública es una constante que atraviesa a todos los gobiernos y es altamente improbable encontrar un caso en el planeta en el que el gasto devengado y el pagado lleguen a coincidir todos los meses. En lo que a la Argentina respecta, esa práctica es habitual, hace décadas tomó la denominación popular de «bicicleta» y en estos tiempos, al compás del deterioro real que representa la inflación, pasó a llamarse «licuadora».

Las principales víctimas de esa práctica suelen ser los proveedores, los contratistas y, particularmente en la Presidencia de Milei, las provincias y las universidades, con el retaceo de las transferencias.

Al respecto, la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) informó que el stock de deuda flotante a diciembre fue de $ 2.061.275 millones.  Como el déficit financiero en su etapa devengada fue el año pasado de $1.002.637 millones, es altamente probable que el 17 de enero la Secretaría de Hacienda anuncie un superávit financiero (pagado) en torno al billón de pesos.

La composición de esa deuda flotante dejó en evidencia cuál fue el eje del recorte el año pasado. Según ASAP, «las partidas con mayor nivel de gastos pendientes de pago en relación al devengado son los gastos de capital (18,3%) y los bienes y servicios (16,5%)”.

Como era de esperar, diciembre finalizó con un déficit financiero de $2.777.615 millones y uno primario de $2.371.626 millones, por el efecto de los aguinaldos del sistema previsional y de los trabajadores del sector público.

En cuanto al resultado de todo el año, hubo un superávit primario de $8.334.669 millones, pero un déficit financiero de $1.002.637 millones.

En la presentación de esos resultados, ASAP se sumó a la salvedad señalada por varios economistas, porque en esos números «no se reflejan los intereses capitalizables correspondientes a las Letras Del Tesoro Nacional Capitalizables (LECAPs) emitidas desde abril, así como las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) en el mes de julio, como parte de la operación de traspaso de la deuda del BCRA al Tesoro”.

“Si esos instrumentos tuvieran el esquema más convencional, que implica el pago efectivo de los intereses generados, habrían impactado en el resultado financiero, incrementando el déficit obtenido”, explicó.

De todos modos, los resultados de 2024 son notoriamente mejores a los dejados en 2023 por Alberto Fernández y Sergio Massa, con déficits primario y financiero de $5.531.983 millones y $8.956.388 millones, respectivamente.

En ese aspecto, la entidad aclaró que los niveles de 2023 están expresados “a precios de aquel período, por lo que, si se expresaran a precios de 2024, los resultados deficitarios del año pasado serían muy superiores, y por lo tanto la mejora de los resultados durante 2024 sería aún más significativa”.

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Por NP