BUENOS AIRES (ANP).- Ucrania avanzó casi mil kilómetros dentro de territorio ruso, pero su objetivo no es tomar de manera permanente ciudades fronterizas, sino presionar sobre el avance que el ejército de Vladimir Putin estaba acentuando sobre territorio ucraniano.

La guerra entre ambos países no se entiende fuera de un intrincado contexto histórico y político. El Rus de Kiev, a principios de la Edad Media, fue el corazón donde se creó la nación rusa.

Los ucranianos, con sus propias etnias y su propio lenguaje, nunca quisieron formar parte de la Madre Rusia y buscaron todos los vericuetos posibles para evitar esto.

En tanto, el Kremlin, durante la época de los zares, del poder soviético y tras la caída de la Cortina de Hierro, impulsó la creación de estados satélite que defiendan sus fronteras ante una posible invasión de occidente.

La desaparición de la Unión Soviética, junto con la ruptura en mil pedazos del Pacto de Varsovia, dejó a Rusia sin esos territorios de contención: Polonia ya forma parte de la Unión Europea y de la OTAN. Y Ucrania, camino a ese reconocimiento, se llevó la peor parte cuando Vladimir Putin avanzó, en febrero de 2022, en dirección a Kiev con sus ejércitos.

Desde entonces, se desarrolla una guerra tácita entre los países de la OTAN y Rusia a través de los efectivos que en el terreno posee Ucrania.  Las armas occidentales están a prueba del poderío ruso y han demostrado ser más o menos efectivas,

Putin devolvió el golpe acentuando los avances sobre las zonas que tomó en Ucrania. Y hace pocos días declaró: «Occidente nos combate con las manos de los ucranianos».

Pero lo sorprendente vino cuando, a principios de agosto, el presidente Volodimir Zelensky ordenó a sus hombres que comiencen la invasión de Rusia. En los meses previos, podían verse drones kamikaze dirigiéndose a ciudades fronterizas, pero muy raramente un tanque tripulado o transportes de tropas.

Los ucranianos tomaron unos mil kilómetros cuadrados de territorio ruso obligando a sus ciudadanos a dejar sus casas y correrse aún más hacia el este. Difícilmente, puedan mantener esos territorios en su poder.

Hoy, esas crudas imágenes son compartidas por los soldados invasores a través de cuentas de Telegram o de Instagram, como @ukraine_defence .

Es probable que la embestida ceda dentro de pocos días, cuando Putin envíe todo lo que tiene para expulsar a los invasores. A fines de septiembre comienzan las primeras nevadas y todo se convierte en un barreal difícil de sortear para la maquinaria pesada que aportó a la invasión.

En su revisionismo histórico, el presidente de Rusia recuerda las fallidas incursiones de Napoléon en el siglo XIX o de los ejércitos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial (que Rusia históricamente la llama “La Gran Guerra Patria”). O, incluso, de las tropas del Reino de Suecia, a principios de la Edad Media, a manos de Alejandro Nevski (a quien la Iglesia Ortodoxa Rusa convirtió en Santo).

Ya no importa, porque el objetivo de Ucrania está cumplido: demostrar que, no solo aún puede resistir, sino que hasta es capaz de invadir territorio ruso.

«Hay que forzar a Rusia a la paz si Putin quiere seguir haciendo la guerra con tanto ahínco», afirmó Zelensky en las últimas horas. Se verá si la estrategia ucraniana resultará exitosa.

Por NP