BUENOS AIRES (ANP).- Dejemos una cosa en claro desde el comienzo: “Top Gun Maverick”, es una buena película de acción, muy buena. Ahora, también es un homenaje a la primera de Star Wars (que después fue el Capítulo IV), ¡que no se puede creer!
Desde el vamos, la película muestra que Maverick es una suerte de reliquia de un pasado no muy lejano, apenas 30 años. Pronto, su experiencia y hasta los aviones que él vuela serán reemplazados por drones.
Es un aviador militar con increíbles récords en combate contra las muchas fuerzas enemigas que enfrenta Estados Unidos (¿por qué será) y que por su mal comportamiento no llegó más que a capitán, cuando tendría que ser almirante o senador, como le dicen en la película.
Que quede claro. Pasaron 36 años desde la primera Top Gun y esta es mucho mejor. No es, como en la primera, una sucesión de chicos lindos que luchan contra su homosexualidad, como dijo Quentin Tarantino, o imágenes de video clip magistralmente compiladas por Tony Scott.
Acá está el paso del tiempo, las dudas de los personajes sobre lo que el destino les depara, incluso por los cambios de la tecnología, y las luchas de poder en una corporación como es la Marina de los Estados Unidos. Y en lo que hace a la historia de amor, Tom Cruise y Jennifer Conneley no pueden aparecer más lindos porque si lo hicieran romperían la pantalla.
Con todo esto a favor, la película no deja de ser un homenaje a La guerra de las galaxias de 1977, la original, con Lucke Skywalker, la princesa Leia Organa, Hans Solo, y otros.
En Top Gun Maverick, Tom Cruise encarna el personaje de Obi Wan Kenobi (Alec Guines) que deberá reclutar a un piloto para llevar adelante una misión suicida.
Si en La Guerra de las Galaxias las fuerzas rebeldes debía entrar por un sinuoso pasadizo de la Estrella de la Muerte, al ras del piso, defendido por cañones, para meter una bomba en un ducto de ventilación de un metro de diámetro, acá será Maverick el que deberá liderar una formación de cuatro aviones que deberán meterse en un escarpado valle entre montañas para romper una estructura de apenas 3 metros de diámetro, y tirar por allí la bomba que destruirá una base nuclear.
Y Maverick se parece a Obi Wan Kenobi porque no solo es de una especie de héroe en extinción, como los Jedi, sino que además deberá instruir a un piloto en especial, el hijo de Goose, su compañero que murió en la primera película.
Así como Luke era huérfano y adiestrado por un extraño que llegaba al pueblo (Obi Wan), será Maverick quien le enseñe a ese hijo sin padre a que “confíe en su instinto”, como Skywalker debe confiar “en la fuerza”.
Un dato más. Muchos que trabajaron con Tom Cruise hablan de su generosidad. Habrá que destacar en que él dijo que solo haría esta película si Val Kilmer trabajaba en ella. Quien supo darle vida a Jim Morrison en The Doors está retirado desde hace varios años por sufrir cáncer de garganta.
Bueno. Si sos Tom Cruise, lo convencés para que trabaje, le das un buen papel secundario, y le decís a la media docena de guionistas que tenés que le hagan una escena especial para él.
Todo eso hace el bueno de Tom que, además, lidera la taquilla.