El mercado laboral argentino de los últimos años se caracteriza por un ajuste por el lado de los salarios más que por el de la ocupación, con caídas del 13% al 28% respecto de los inicios de 2017 tanto entre los trabajadores del sector público como de los privados registrados e informales, pero ninguno tuvo un descenso tan marcado como el de la jubilación media, que retrocedió desde entonces un 34%.

Así lo señaló la consultora Invecq, en un análisis en el que precisó que «difícilmente la variable ‘poder adquisitivo’ sea algo que le juegue a favor al gobierno en las elecciones que tendrán lugar dentro de un mes».

«Más aún, si al análisis de la dinámica de los ingresos laborales, le sumamos la de los ingresos no laborales como las jubilaciones y pensiones el panorama luce mucho peor. Entre 2017 y 2019 el haber mínimo y medio bajó 18% y 15% respectivamente. Pero entre 2019 y hoy se le sumó una caída real del 24%, por lo que entre hoy y el 2017 la principal transferencia de la ANSES perdió un 35% y un 34% de poder adquisitivo respectivamente. Un panorama muy negativo para las urnas del oficialismo», advirtió.

Invecq subrayó al respecto que «desde inicios del año 2018 los salarios reales han venido cayendo» y que «cualquier indicador de ingresos laborales que se analice muestra una caída significativa en relación con lo que ocurría seis años atrás.

En ese sentido, destacó que «los asalariados registrados del sector privado, un grupo de aproximadamente 6,5 millones de personas, tienen hoy un poder de compra 13% menor que el que tenía en 2017» y los del sector público (aproximadamente 3,5 millones) «tienen hoy un poder de compra 20% menor que el que tenía en 2017».

«En la peor situación se encuentran los trabajadores no registrados del sector privado, un subgrupo de unas 5,5 millones de personas aproximadamente. Si bien la información de este subgrupo se publica con bastante más rezago, con los últimos datos disponibles las estimaciones dan cuenta de una caída del poder de compra del 28% en relación con los valores de 2017. Estos ingresos se muestran bastante más volátiles que los de los registrados», indicó.

Un cuarto grupo está conformado por los trabajadores independientes o no asalariados, tanto formales (registrados como autónomos o monotributistas) como informales, aunque su seguimiento es bastante más difícil. De todos modos, Invecq sostuvo que «teniendo en cuenta la evolución de los ingresos totales de la EPH, muy probablemente los ingresos de este grupo estén en algún lugar entre los trabajadores del sector público (-20%) y los no registrados (-28%)».

«El ajuste del mercado de trabajo que no se está haciendo vía niveles de ocupación se ha hecho vía ingresos reales. Es decir, hay mucho empleo, pero poco salario», planteó, para agregar a su análisis que «mientras que en el año 2019 el 25% de los ocupados era pobre, en la última medición ese porcentaje ha crecido al 30%. Es decir que trabajadores que no eran pobres hoy lo son y no necesariamente porque hayan perdido el empleo (la fuente de ingreso) sino porque el ingreso derivado de ese empleo ha perdido poder adquisitivo».

Por NP