Buenos Aires, feb 28 (ANP).- La muerte de un padre y el reencuentro de sus dos hijos, ambos actores, es el punto de partida de «Flashes», una obra donde el hilo conductor es justamente ese narcisismo que está íntimamente ligado al rol del artista.
Una pareja de medio hermanos se reúnen para rememorar a su progenitor fallecido, Manolo, un actor oriundo de la ciudad bonaerense de Tres Arroyos. En todo momento ambos trabajarán entre la ficción y la realidad, entre la vida y la muerte, la nostalgia y el presente, la ilusión y la fantasía, para llevar a cabo un homenaje al padre en su ciudad natal. El eje del relato tiene que ver directamente con la función propia del actor, el histrionismo, las vanidades y la exposición pública.
La obra tiene picos muy interesantes pero al mismo tiempo baja su intensidad por momentos hasta caer en un punto muerto, aunque la dinámica teatral y el juego que proponen los protagonistas logre hacerla renacer rápidamente. A pesar de eso, «Flashes» se deja llevar y entretiene al público gracias a la buena actuación de Babich y Abadi, y también ayudan algunos efectos multimedia que hacen permanente la imagen del padre fallecido, con un final anunciado y esperable.
Sin duda el público parece satisfecho con la propuesta ya que ésta lleva tres semanas a sala llena en el teatro de la calle Mario Bravo. En síntesis, «Flashes» es una comedia dramática con una puesta en escena simple, que resulta una propuesta alternativa teatral ideal para aquellos que disfrutan de producciones independientes.