BUENOS AIRES (ANP)- El objetivo del Gobierno de acumular la suficiente cantidad de reservas internacionales para cumplir con la meta revisada en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tuvo un importante impulso en septiembre con la implementación del Programa de Incremento Exportador o «dólar soja», a lo que se le sumaron un nuevo desembolso del organismo por US$ 3.800 millones y, finalmente, un préstamo de US$ 700 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin embargo, la situación dista de esta resuelta y si bien los riesgos de incumplimiento son menores, existen tres factores que podrían conspirar contra su concreción, según el último análisis de coyuntura de la consultora Invecq: la sequía, que afectará notoriamente en los resultados de la campaña agrícola, el turismo emisivo y las importaciones, tanto de insumos para la industria, el agro y los servicios como de bienes de consumo.
El stock de reservas tuvo un importante incremento por el dólar soja y los dos desembolsos mencionados, pero ello no pudo «evitar el flujo descendente que se profundizó en las últimas 6 ruedas, con ventas de reservas de US$ 66 M en promedio por día», indicó la entidad dirigida por Esteban Domecq.
Los datos provisorios del Banco Central muestran un nivel de reservas de US$ 38.262 millones, una pérdida de US$ 1.435 en apenas siete días de operaciones. Si se excluyen del cálculo los dos desembolsos, las reservas se ubicarían en el nivel más bajo de los últimos seis años.
«Evidentemente, una vez finalizado el estímulo del Dólar Soja la oferta de divisas por parte del sector sojero se corrió del mercado, dejando expuesta la endeble capacidad de compra por parte del Banco Central», algo que quedó en expuesto en el bajo monto de liquidaciones del sector agroexportador de octubre, con US$ 1.217 millones, casi la mitad que en el mismo mes de 2021.
Por otra parte, Invecq advirtió que «desde el campo las noticias no son buenas, con una siembra castigada por las condiciones meteorológicas la liquidación de divisas será menor a lo esperado».
«Según el último estudio de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la producción estimada de trigo se redujo a 14 millones de toneladas para la campaña 2022/2023, lo que representa una caída de 35% respecto a la anterior, mientras que la siembra de maíz y girasol registran una demora interanual del 5,5% y 15% respectivamente», manifestó, en una señal de alerta para el principal generador de divisas genuinas.
También la pérdida de divisas por medio del turismo y los consumos en el exterior suman otra fuente de preocupación para el gobierno: «motivados por la persistente brecha cambiaria, que medida entre el dólar Blue y el mayorista no es menor al 70% desde junio 2021, los turistas que ingresan al país se vuelcan al mercado paralelo y dejan cada vez menos dólares en manos del Banco Central» y además «los gastos que los argentinos realizan en el exterior tanto por turismo como por compras con tarjetas de crédito se encuentran en máximos de los últimos años, promediando entre julio y septiembre una salida cercana a los 800 millones de dólares mensuales».
El tercer elemento es el de la importación de bienes, «que en un contexto de dólar atrasado, aceleración inflacionaria y falta de alternativas de inversión con rendimientos positivos, resultó ser una importante forma de cobertura por parte de las empresas» y que «implicó una salida de US$ 67.900 M hasta el mes de septiembre», remarcó.
Ante este escenario, se permitió que los importadores adquieran bienes del exterior pagando con sus propios dólares, de manera que el Banco Central evite perder reservas sin necesidad de trabar aún más las importaciones, así como la habilitación de los pagos en pesos con tarjetas internacionales al tipo de cambio del dólar MEP, una medida que para Invecq «no implicará una entrada de divisas para el Banco Central», sino en el mejor de los casos «un simple corrimiento de la oferta, desde el mercado paralelo al financiero».
«En resumen, el gobierno se anticipa al desafío externo de los próximos meses con medidas que no aseguran ninguna efectividad, mientras que en simultáneo el frente inflacionario sigue sin respuestas y la actividad muestra signos de desaceleración», finalizó la consultora.
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