BUENOS AIRES (ANP) La inflación en las primeras tres semanas de diciembre alcanzó al 24,6% y permite proyectar un índice del 29% para todo el mes, según las estimaciones de la Fundación Libertad y Progreso (LyP) y, de esta forma, el incremento en todo 2023 se ubicaría en torno al 219%, la más alta desde 1990.

La entidad sostuvo que «la variación mensual del IPC responde en gran medida a la actualización de precios que venían artificialmente atrasados por controles y regulaciones de precios que se están eliminando» en un proceso que, pese a lo señalado, muestra «algunas señales positivas», como la reducción de la brecha cambiaria y el cambio de tendencia en los depósitos en el sistema financiero, que dejaron de caer y evidencian una leve suba.

«Ahora vemos que los precios regulados están recuperando el terreno perdido y subiendo más que el resto», afirmó el economista jefe de LyP, Eugenio Marí quien agregó que “dada la velocidad de normalización de los precios, es probable que el IPC de enero sea más bajo que el de diciembre, y lo mismo el de febrero».

«Incluso, en la última semana hemos visto precios que se han ajustado a la baja, como la carne, pues habían subido más de lo que era su nivel de equilibrio. Al mismo tiempo, la liberación de barreras discrecionales a las importaciones ayudará a aumentar la oferta de productos en el mercado interno y moderar la suba de precios de los transables», manifestó.

Su colega Lautaro Moschet planteó que «haber aumentado el tipo de cambio oficial 118% y que bajen los dólares libres reflejan precisamente ese grado de confianza. Además, se contrapone de manera notoria al salto del 22% que se había realizado en agosto, cuando al no haber tomado medidas adicionales consistentes generó un salto superior en la cotización de los tipos de cambio libre. Mientras la diferencia entre el valor del dólar oficial y el dólar libre se mantenga en estos niveles, significa que la probabilidad de hiperinflación se diluye”.

Aldo Abram, director de LyP, advirtió que «es indiscutible que estamos en un proceso hiperinflacionario», si se toman en cuenta los tipos de cambio reales o los porcentajes de inflación mensual.

«El gobierno asumió de piloto en un auto lanzado a toda velocidad hacia un precipicio. Ya desactivó una de las turbinas que lo impulsa ajustando las cuentas públicas para que el Banco Central no emita para financiarlo. La otra turbina es la decisión de la gente de dejar de demandar pesos para que no la sigan estafando con impuesto inflacionario. Para pararla, hay que recuperar la credibilidad de los argentinos mostrando un contundente cambio de rumbo. Así se permitiría esquivar el precipicio», remarcó Abram, quien puntualizó que «si fracasa porque la dirigencia política opositora no avala el cambio de rumbo que votó la gente, tendremos que enfrentar una crisis hiperinflacionaria».

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Por NP