Los intentos de los últimos gobiernos por administrar o congelar determinados precios de la economía produjeron una marcada dispersión, reflejada como en ningún otro caso en la brecha generada en cinco años entre la indumentaria y los servicios, en la que el primer rubro duplicó al segundo.
De acuerdo con el relevamiento realizado por Nadín Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), si se tima como base un valor 100 para diciembre de 2017, el capítulo «Vivienda, agua, electricidad, gas y 0tros combustibles», en los que oficialmente se concentran los principales servicios públicos alcanzó en febrero un nivel de 60,9, es decir retrocedió 39,1 puntos respecto de la inflación promedio, en tanto «Prendas de vestir y calzado» fue el que más subió al trepar a 121,6.
El fracaso de las medidas para atenuar las alzas en la comida, tales como «Precios Cuidados» o su actual versión «Precios Justos», quedó en evidencia con el alza de «Alimentos y bebidas no alcohólicas» a un nivel de 112,6, el segundo rubro de mayor aumento después de la indumentaria.
«La elevada y persistente inflación deteriora las señales que brindan los precios relativos para la toma de decisiones», indicó Argañaraz, quien sostuvo que «la alta inflación lleva habitualmente a los gobiernos a intervenir, buscando evitar que la inflación sea inclusive más alta, generando habitualmente un proceso de distorsión de los precios relativos».
Con el 6,6% de febrero, la Argentina consolida una inflación promedio mensual del 3,8% y todo indica que ese porcentaje irá en ascenso con el transcurso de los meses.
Esa inflación no fue uniforme y generó cambios importantes de precios relativos, al punto que «en febrero, la mitad de los rubros que conforman el IPC crecieron más del 100% interanual», cuando en diciembre solamente mostraban esa condición Prendas de vestir y calzado y Restaurantes y hoteles, señaló el informe.
En lo que respecta a la caída del precio relativo de los servicios, Argañaraz advirtió que «en los últimos dos meses se aprecia que el precio relativo se mantuvo constante, es decir que subió a la misma velocidad que el resto de precios» debido a «la decisión del gobierno de adecuar las tarifas, evitando una profundización de la caída de los precios relativos y consecuentemente un sendero creciente del gasto en subsidios».
Sin embargo, también puso de manifiesto que «en un contexto de alta inflación, se hace difícil lograr una suba del precio relativo de los servicios públicos, situación que sería necesaria para poder profundizar la baja del gasto en
subsidios» y que plantea para 2023 «un desafío relevante, dado que el gobierno se ha comprometido a una baja importante de este gasto».