BUENOS AIRES (ANP).- “Por favor, encontremos la unidad y dejemos de reproducir metodologías y conductas que nos trajeron hasta acá”, pidió el gobernador bonaerense, Axel Kicillof a través de su cuenta de twitter.
Tal vez para el lector no muy avezado es necesario decir que Kicillof le está hablado a Cristina Fernández de Kirchner , en particular, y al kirchnerismo, en general, que no se puede volver a hacer lo que los llevó a perder con Mauricio Macri, y la catástrofe que fue el gobierno de la ex mandataria junto a SU elegido, Alberto Fernández.
“Después del fallido proceso del FdT (Frente de Todos), hay que reinventar una alternativa aprendiendo de lo que falló”, dijo Kicillof, para dejar más clara su posición.
En favor del mandatario bonaerense, habrá que decir que él lo advirtió en septiembre del 2023 cuando dijo que «Hay que componer una canción nueva» y dejar «de vivir de Perón, Evita, Néstor y Cristina».
Las respuesta no se hizo esperar. Máximo Kirchner, más habituado a la “chicana” que a la construcción política, quien le dijo que él no era músico, «sino un militante”.
El problema que tiene ahora Kicillof, que es apoyado en silencio por gran parte del peronismo ‘no kirchnerista’ es si él podrá ser el que arme e interprete esa nueva partitura.
Tienen un detalle, no menor, a su favor: No tiene denuncias de corrupción en su contra. Es cierto que eso no sería un mérito en cualquier postulante a un cargo público (es como destacar que el auto que te vendo viene con ruedas), pero el Gobierno no se cansa de “destapar una olla” , semana tras semana, para que la gente se acuerde de dónde venimos, y no se pregunte hacia dónde vamos.
El único caso “resonante” de corrupción fue cuando trascendieron las fotos de su entonces Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, en un yate en Marsella, con la acompañante Sofía Clérici. Pero Insaurralde no era hombre de él. Fue una imposición de Cristina luego de que perdieras las elecciones legislativas del 2021.
Sin embargo, a Kicillof “su pasado lo condena” con su paupérrima dirección de la economía, que se verá plasmada en breve cuando la justicia norteamericana obligue a Argentina pagar los US$ 15.000 millones por la forma en que estatizó YPF.
Ahora Kicillof tiene que “volver a enamorar” a los que se fueron con los libertarios, y armar un mensaje esperanzador, el cual, ciertamente, no puede ser la vuelta al pasado.