BUENOS AIRES (ANP).- El dato de agosto de la inflación minorista, que arrojó un demoledor 12,4% mensual, parece apenas el principio de los escollos que deberá sortear el ministro de Economía, Sergio Massa, para convencer al electorado de que puede revertir la caótica situación económica del país y meterse en un eventual balotaje.

Hoy el Indec dará a conocer el número del estimador mensual de actividad económica de julio, que arrojaría una caída de al menos 3% interanual, según las proyecciones más optimistas. La otra cifra que se espera con temor llegará el miércoles, cuando el instituto de estadística informe la tasa de pobreza del primer semestre.

Tampoco este informe promete mejores noticias. La pobreza habría trepado a 43,2% de acuerdo a un estudio de la Universidad Torcuato Di Tella y, si eso se confirma, Massa se encontrará en el fin de su gestión en el Palacio de Hacienda con el mayor registro de pobres en nueve años.

Mientras tanto, sigue apostando a los anuncios de medidas de alivio, esta vez para los olvidados trabajadores en negro, que rara vez pueden acceder a la ayuda estatal. Se espera que el ministro informe hoy sobre los paliativos para ese numeroso sector de argentinos.

El miércoles, será el turno de Ensenada para recibir a Massa en medio de su campaña electoral. En el Estado 12 de octubre de esa ciudad se llevará a cabo un acto y movilización en apoyo de las candidaturas tanto a presidente de Unión por la Patria como a gobernador, por la que irá el actual jefe provincial bonaerense, Axel Kicillof.

En el medio, habrá un debate fundamental en el Senado el jueves, en el que se pondrá a prueba la fuerza del oficialismo para convertir en ley la eliminación del impuesto a las Ganancias para los trabajadores, casi la última carta que le queda a Massa para llegar mejor parado a la votación del 22 de octubre. Si la normativa logra el aval de la cámara alta, el ministro contará con la celebración que está organizando la CGT para el día siguiente frente al Congreso.

Pero el mayor desafío de Massa en el corto plazo será el debate presidencial previsto para este domingo 1 de octubre. Allí se verá las caras con el candidato de La Libertad Avanza, el polémico Javier Milei, y la postulante de JxC, Patricia Bullrich.

De los tres, Massa es el que parece tener más que perder en principio. Bullrich lleva adelante un discurso que atrae a miles de votantes descontentos, y Milei llega a ese evento fortalecido no solo porque resultó primero en las primarias, sino porque no tiene una historia de gestión pública que se le pueda volver en contra.

Massa, en cambio, tiene sobre sus espaldas todo el peso del cepo cambiario y de la galopante inflación que no logró domar durante su gestión al frente del Ministerio de Economía. Sin embargo, podría contar a su favor con la eliminación de Ganancias -una promesa incumplida de JxC- y, sobre todo, con el miedo de muchos argentinos a la «motosierra» con la que Milei no se cansa de amenazar.

 

Por NP