BUENOS AIRES, ENE 16 (ANP).- La decisión del Banco Central de subir dos puntos porcentuales a tasa de referencia de las Letras de Liquidez (Leliq) no sólo es insuficiente por no estar acompañada de otras medidas económicas sino por representar el ajuste más modesto entre los países de América del Sur, a pesar de que cuentan con una inflación sustancialmente menor.
Después de cerrar 2021 con una inflación del 50,9%, la suba del 38% al 40% aplicada luego de 22 meses sin modificaciones implicó un alza del 5,3%, notoriamente inferior al 44% de Uruguay (tuvo una inflación anual del 7,96%), el 71% de Colombia (5,62%), el 365% de Brasil (10,06%), el 425% de Paraguay (6,8%), el 500% de Perú (6,99%) y el 700% de Chile (7,2%).
De esta forma, el objetivo del Banco Central de “reforzar las condiciones de estabilidad monetaria, cambiaria y financiera” queda “desdibujado” a la luz de lo realizado por el resto de los países de la región, analizó la consultora Invecq.
La entidad dirigida por Esteban Domecq puntualizó que “habida cuenta de que la tasa de interés de Argentina ya era negativa, esta no alcanza para recuperar competitividad en términos comparativos”.
Pero además Invecq advirtió que “de nada puede servir un alza de tasas si no viene acompañado de un programa consistente que explique de qué manera se financiará el déficit de este año”.
Al respecto, remarcó que “el gobierno parte de una inconsistencia que dieron a conocer en la última presentación sobre los avances en las negociaciones por un nuevo programa con el FMI y es que el sendero de reducción del déficit no está acordado y para que este se cumpla deben contar con que haya financiamiento de Organismos Multilaterales, tal como lo prevé el presupuesto (no aprobado) presentado por el gobierno. Algo que no sucederá si no hay arreglo previamente”.
Por otra parte, indicó que “no es posible mostrar una senda decreciente del financiamiento monetario del BCRA al Tesoro tal como está planteado si no está previamente acordado el nivel de déficit”.
El tercer condicionante es “la capacidad de compra de Reservas Internacionales”, que en el resto de los países emergentes representan aproximadamente un 20% del PBI en su nivel neto.
“Es decir que Argentina debería atinar a alcanzar los US$ 80.000 millones”, una meta que está “todavía muy lejos”, señaló.