BUENOS AIRES, ENE 20 (ANP) No es difícil de explicar cómo y porqué Guillermo Nielsen pasó de ser el futuro Ministro de Economía de Alberto Fernández a tener, con suerte, un exilio dorado como embajador argentino en Arabia Saudita.

Nielsen, quien diseñó la exitosa restructuración de la deuda del 2005, se había acercado al PJ como asesor en temas económicos de un departamento que estaba a cargo de Guillermo Moreno. La sola unión de dos personalidades tan diferentes generaba controversias.

Alberto Fernández lo conocía desde la época del gobierno de Néstor Kirchner y lo llamó para integrar su gabinete económico. Por eso no sorprendió que el candidato a presidente los nombrara, junto a Cecilia Todesca, como sus enviados representante en la transición, una vez que se adjudicó las PASO.

Esto era agosto del 2019. Nielsen y Todesca se reunieron con el entonces ministro de Economía, Hernán Lacunza, y delineaban un plan para refinanciar la deuda y potenciar el mercado interno. Pero un mes más tarde Cristina Kirchner volvió de un viaje al exterior, llamó a Fernández al departamento de Florencia, y le vetó un tercio del gabinete, entre ellos, a Nielsen por ser “muy pro-mercado”.

Ahí surgió la figura de Martín Guzmán, pero eso dará para otra nota, en su momento.

Lo cierto es que Alberto lo mantuvo a su lado. Le dio un exilio dorado, pero interno. La presidencia de YPF desde la cual podía desarrollar su plan de promoción de inversiones para Vaca Muerta, otra “nueva oportunidad” para sacar a Argentina de su postración.

Ahí, Nielsen tenía el apoyo de Sergio Massa y de Guillermo Pereyra, el secretario General del Sindicato de Petroleros. Su plan era crear una “burburja”, por la cual las empresas petroleras podían mover sus inversiones sin las restricciones que podrían imponerles el Banco Central o el Ministerio de Economía.

Eso era diciembre del 2019. Luego de que no pasara nada en enero – en Argentina nunca pasa nada en enero – YPF se encontró sacudida por los efectos que tuvo en el precio del petróleo la pandemia.

En medio del desplome del valor del crudo, el “poder” de Nielsen duró hasta fines de abril, cuando desde el kirchnerismo, y por consejo de Miguel Galuccio, designaron como CEO a Sergio Afronti, quien se hizo cargo de todas las decisiones .

Nueve meses más tarde,y ante la imposibilidad de reestructurar la deuda de US$ 8.000 millones debido a las restricciones a los pagos que impone el Banco Central,  Nielsen presentó su renuncia.

Ahora enfrentará otro exilio dorado, pero esta vez en el exterior, en la embajada argentina en los Emiratos Árabes.

Por NP