Si la diputada Silvia Lospenato cree que su proyecto de ley de ficha limpia contaba con respaldo de su propio bloque porque en el PRO asumen que había que impedir a Cristina Fernández competir en las próximas elecciones legislativas debido a que está condenada por corrupción, se equivoca o peca de inocente, algo que está prohibido en política.
En la actividad política se hace lo que conviene y luego se buscan los argumentos para que eso que conviene coincida con lo que está bien. A nadie escapa que está bien que no se permita a personas condenadas se presenten a elecciones legislativas para conseguir fueros que le impidan ir presas, pero en realidad al gobierno de Javier Milei no le conviene que eso ocurra ahora.
El gobierno cree que primero hay que ganarle en las urnas claramente al kirchnerismo para luego ir por su desarticulación final. No obstante, hay que tener en cuenta que si la Cámara de Diputados decide expulsar a uno de sus miembros por inhabilidad moral, lo puede hacer. Lo hizo con el comisario torturador Luis Patti.
Lo moral no se lleva muy bien con la política. Y el PRO se lo hizo saber a Milei. Nadie orina agua bendita. Los libertarios quedaron presos de su propio discurso principista. Su relato de que no negocian con la “casta” es simplemente mentira. Tienen que hacerlo para sostenerse en el poder.
En el caso de ficha limpia, el kirchernismo lo llevaba a un extremo peligroso para el plan de estabilización que lleva adelante Luis Caputo, que empieza a dar resultados y que parte de ello se debe a la firmeza política que demostró Milei para avanzar con sus temas en minoría. El kirchnerismo amenazaba con nombrar al ex peronista, ex PRO, Emilio Monzó como presidente de la Cámara de Diputados en reemplazo de Martín Menem. Hubiera sido un golpe a la linea de flotación del modelo de dólar atrasado, que requiere mas que nada de que los actores económicos confíen en que Milei va a poder.
Esta vez Mauricio Macri logró anotarse un punto. Expuso a los libertarios, los desnudó ante la opinión pública. No son tan diferentes como ellos se autoproclaman. La “ficha limpia” es lo de menos.