BUENOS AIRES (ANP).- La obispa estadounidense Mariann Edgar Budde, que apoya el matrimonio homosexual, se convirtió en la mujer más importante de la semana, tras pedirle misericordia al presidente Donald Trump para los migrantes ilegales y el colectivo LGBTQ+.
Trump, el líder republicano que dijo que Dios le perdonó la vida para hacer “grande otra vez a Estados Unidos” luego de sobrevivir a un atentado el pasado 13 de julio, permaneció en silencio durante todo el oficio religioso celebrado el martes en la Catedral Nacional de Washington.
En su sermón, la reverenda habló del miedo que provoca en algunos ciudadanos la presidencia de Trump, al que pidió respeto por la gente que trabaja en las cosechas o que lava platos en los restaurantes de la Unión.
Un día después el mandatario calificó de “desagradable” a la religiosa en su cuenta Truth Social, señalando, además, que “es una izquierdista radical y una odiadora de Trump”.
Budde, de 65 años de edad, es representante de 86 congregaciones y 10 escuelas de la Iglesia episcopal de Washington D.C, la capital del país, y de cuatro condados del estado de Maryland. Así y todo, su discurso fue considerado “inapropiado y vergonzoso” por algunos cristianos conservadores.
Trump se propone deportar a más de un millón de personas, entre ellas varios migrantes con antecedentes criminales. Según informes del Departamento de Seguridad Nacional, citados por la prensa, en Estados Unidos viven un total de 11 millones de indocumentados.
Delgada, de cabello corto y anteojos, Budde se atrevió a desafiar al magnate inmobiliario que manifestó su intención de recuperar el Canal de Panamá, cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América y establecer aranceles a las importaciones de China, Canadá y México.
Al hablar ante la cumbre económica del Foro Económico Mundial, realizada esta semana en Davos, Suiza, Trump insistió en que Estados Unidos reconoce oficialmente dos géneros, mujer y hombre, y dijo que las reasignaciones de sexo ocurrirán durante su gobierno, de cuatro años, muy raramente en el país.
“Además del discurso de odio explícito que se desprende de Trump, lo que queda en evidencia es que aún no comprende las diferencias entre sexo y género. Nunca necesitamos que los representantes del poder (me incluyo yo como mujer) nos reconocieran para existir”, dijo Dulce Chaves, al ser consultada por la agencia Nuevas Palabras.
La coordinadora del Centro de estudios en Género del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad de La Plata, opinó que “no será la primera vez que en EE:UU se defiendan los derechos humanos de todas las personas, incluyendo migrantes, población afrodescendiente, integrantes del colectivo LGBTQ+ (lesbianas, gay, bisexual, transgénero y personas fuera de todas esta categorías), mujeres, etcétera”.
Chaves explicó que “el sexo suele determinarse cuando nacemos, según una serie de factores fisiológicos (como los genitales, las hormonas y los cromosomas que poseemos)”.
“Lo habitual es que nos asignen el sexo femenino o masculino, que luego aparecerá en nuestra documentación oficial (y seguramente también sea el reflejo del tipo de nombre que nos ponen). Pero no hay que olvidar que también pueden darse los casos de personas intersexuales”, señaló.
La académica señaló que “el género, en cambio, se piensa como una construcción sociocultural que incluye roles y expectativas que tiene la sociedad sobre comportamientos, actitudes y características que acompañan al sexo asignado a una persona. Un ejemplo puede ser cómo se espera que una mujer mayor se vista y se relacione con su entorno. Es performativo (decir y hacer)”.
En defensa de Trump salió el visionario Elon Musk, dueño de la red social X, la empresa de motores Tesla y Space X. El inversor y activista conservador aseguró que Budde “tiene el virus ´woke´ (personas que luchan por la justicia social) en la mente”.
Musk, de origen sudafricano, considerado uno de los hombres más ricos del mundo, es padre de una hija transgénero que en 2022 presentó un pedido judicial para cambiar su nombre y género.
“Ya no vivo con mi padre biológico ni deseo relacionarme con él de ninguna forma”, señaló en su escrito Vivian Jenna Wilson, de 20 años.
Tras la aplastante victoria de Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la joven anunció su decisión de abandonar Estados Unidos.
En cuanto a la inmigración, la ONU informó que en el 2020 había 50.632.836 inmigrantes viviendo en Estados Unidos, un 15,28% de la población total del país, procedentes de México (21,43%), India (5,38%) y China (4,31%), según el sitio Datos.macro.com.
Lo cierto es que, sin los migrantes, ilegales o no, en su mayoría mexicanos, Estados Unidos no sería hoy el país que es realmente en el mundo.
¿Dónde estaría, por ejemplo, el ex senador republicano Marco Rubio, convertido ahora en secretario de Estado de Trump, si sus padres cubanos no hubieran emigrado a la Unión en 1956?