Buenos Aires, (ANP) – Los dirigentes que asesoran al presidente Javier Milei ya tienen que empezar a sacar cuentas sobre el resultado de su primera «batalla cultural» en contra de todo aquello que huela a socialista o derechos de minorías. La enorme cantidad de gente que hubo este sábado en las calles similar a las movilizaciones universitarias, deja expuesto que el voto popular no es propiedad de nadie, y que no hay que malinterpretar la voluntad de cambio de la gente.

Si un inversor estaba pensando en poner dinero en Argentina,animado por la moda del fenómeno Milei en el mundo, ahora lo pensará un poco mejor. La marcha le concedió al kirchnerismo que viene en caída, un punto de anclaje firme para posicionarse en liderazgo de la oposición.

Aunque muchos dirigentes de lo que era Juntos por el Cambio brindaron apoyo a la marcha, entre ellos Martín Lousteau, presidente de la UCR, y el ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, la realidad es que fue la oposición mas extrema y dura la que capitalizó la bronca de la comunidad homosexual.

El grave error de apreciación de los principales hacedores de política del gobierno sobre por dónde pasa la linea divisoria de la política nacional, tan solo empujó a sectores mas moderados que apoyan la política económica, hacia el campo de la oposición que lideran los espacios que se podrían definir como «wokes».

«Nuestro Presidente en Davos no puede decir, ante todo por él, que un ejemplo de la pedofilia son los homosexuales. ¿Qué hacemos con la Iglesia entonces?» «El 80% de la pedofilia se genera en la familia y el 95% es heterosexual».»Los argentinos no somos tontos, son nuestros derechos y yo no voy en contra de los suyos», afirmó el productor teatral Pepe Cibrian Campoy, uno de los mas reconocidos artistas miembros de la comunidad gay, en una entrevista radial.

«Yo puedo votarlos o no, pero todos ellos son mis empleados. Yo pago impuestos para que ellos trabajen». «Me parece maravilloso que defiendan sus ideales frente al mundo, pero que no toquen nuestros derechos», dijo visiblemente molesto el artista quien no reconoce públicamente filiación partidaría alguna.

Momento de asumir errores

El presidente Javier Milei va a tener que revisar quiénes serán los que le escribirán de ahora en mas los discursos cuando se exponga ante los foros internacionales. Se habrá dado cuenta que su deseo de convertirse en una especie de referente global de la nueva derecha conspira contra la conducción de su propio gobierno.

Estirar la cuerda a punto de resucitar a un adversario que estaba a los ponchazos tratando de definir una interna en la provincia de Buenos Aires, que es la madre de todas las batallas, debería hacer cambiar en 180 grados a los libertarios. Pero, el verticalismo en el que está sumido este supuesto liberalismo, ha hecho que sus defensores mas fanáticos hayan salido por las redes sociales de cuestionar la marcha.

No se pide que los propios seguidores de Milei salgan a criticar públicamente a su propio gobierno. Lo que es vergonzoso son los posteos en los que los libertarios lloran porque los «wokes» no dijeron nada sobre abusadores como José Alperovich o Fernando Espinoza. Un silencio estratégico le hubiera hecho comprender comprender mejor al espacio sobre la equivocación, ya que la batalla estaba perdida desde el mismo momento en que terminó el discurso en Davos

 

En política no se puede criticar al enemigo porque toma ventaja de las equivocaciones propias. Tal vez sea el momento de parar por un rato de dar «batallas culturales» y de procurar que el plan de estabilización económica de Luis Caputo termine bien. Todavía no está claro que «esta vez sea diferente» de otros planes de estabilización con atraso cambiario. Aunque el gobierno dejó de emitir para financiar déficits del sector público, se está endeudando en dólar vía cuenta corriente.

El camino elegido para frenar la inflación (lo único que va a definir el voto de los ciudadanos y no si el DNI deja de tener la opción X en el género de la persona) tiene sus propios problemas a enfrentar y para ello se va a requerir un presidente con mayor fortaleza política.

La Nueva Derecha

Hay un solo punto de contacto que une a la nueva derecha en el mundo, que es el apasionado odio por los homosexuales, los socialistas y ciertas comunidades raciales y religiosas. La economía parece no interesar mucho, o no es impedimento. Sus dirigentes tiene una forma de pensar que es como si estuviera tocando constantemente la tecla F5. Constantemente refrescan pantalla y empiezan de cero.

Milei se considera líder mundial de un espacio liberal aunque en ese espacio haya nacionalistas como Trump o la española Vox. Trump anunció medidas para deportar de su país indocumentados, al tiempo que le aplica aranceles de 25% a las importaciones de sus dos principales socios comerciales México y Canadá. Milei en cambio anuncia que está dispuesto a romper el Mercosur para conseguir un acuerdo que EEUU no quiere, ni desea. No importa: F5 y arranca todo de nuevo. Somos todos amigos. 

Sí tienen un patrón de conducta histórico.  La última dictadura militar argentina tuvo también un componente nacionalista y otro liberal. Por un lado el Ejercito, comandado por Jorge Rafael Videla, quien se veía a sí mismo como un católico de comunión diaria, y por otro Emilio Eduardo Massera, de la Marina, de tradición  antiperonista y liberal.  Estuvieron juntos en el poder y pusieron de ministro de Economía, a un «Chicago boy», José Alfredo Martínez de Hoz, quien también puso en marcha un programa económico basado en el retraso del tipo de cambio. 

Es decir,,,la Nueva Derecha tan solo tiene en común el profundo anticomunismo que animaba a la vieja derecha golpista.
Lo que aprendieron con el tiempo los liberales en el mundo es que la mejor manera de contrapesar al «comunismo» es robarles las banderas. Así es que los republicanos modernos diseñaron agendas por el cambio climático, agendas de inclusión, y de derechos sociales. 

Lo que tienen que evaluar los libertarios es que ir contra la agenda «woke» en Argentina tan solo lleva a que los sectores moderados de la política se terminen alineando en el campo de la oposición. Le entregan gratuitamente banderas a la izquierda por abrir la boca de mas.  Tal vez Milei tenga que dejar de pedirle letra a Agustin Laje y Nicolás Márquez.