Buenos Aires, feb 23 (ANP) – Crece el malestar en el campo de la mano de retenciones, tras rumores de subas de 3 puntos porcentuales, llevando la alícuota al 33% para la soja. . La suba de costos no se detiene más allá del congelamiento logrado por el gobierno de Alberto Fernández, principalmente en combustibles pero no en el caso de gravámenes impositivos desde nacionales, como provincipales y municipales.

Esto quizás explica el profundo malestar que se exhibe en buena parte del interior productivo, días atrás en una asamblea en San Miguel de Tucumán, ruralistas de APRONOR y también de la Sociedad Rural de Tucumán, prometieron avanzar con un paro para no vender ni comprar carne y granos del próximo 2 al 9 de marzo. En breve, le pasarán esta misma propuesta a sus pares del Noreste argentino, achacados en el sur de Chaco por las últimas inundaciones.

Y miemtras tanto se aguarda se concrete la reunión propuesta por Luis Basterra, ministro de Agricutura de la Nación, a la Mesa de Enlace, que así postergó una difinición respecto del pedido cursado por Confederaciones Rurales Argentina (CRA) de realizar un cese de comercialización, algo que también avaló CARBAP desde Buenos Aires y La Pampa.

«Ceba ricos mates», así definió el alcance de las posibilidades políticas que reporta Basterra, hoy diputado nacional con licencia, por parte de la directiva de APRONOR, entidad que en el noroeste argentino agrupa a agricultores y ganaderos que dejaron atrás el paro de Navidad para mantener dos encuentros con el ministro de Agricultura. El malestar crece para con el funcionario, ya que desde la entidad aseguran que tras dos reuniones en Buenos Aires, pasó más de un mes, y no se cumplió la promesa del responsable de la cartera agropecuria de avanzar con medidas para morigerar los problemas referidos por las productores del NOA, ubicados a más de 1.500 kilómetros de los puertos.

Frente a la próxima reunión con Basterra, CRA ya estaba jugada en favor de un paro, CONINGRO y la Federación Agraria Argentina, no estimaban conveniente avanzar con una medida de este tenor aunque para sus cúpulas la presión se mantiene en favor de acciones que posibiliten otras políticas. También está la Sociedad Rural Argentina, lejos de todo contacto gubernamental y crítica del momento.

No resulta fácil medir el tiro que tendrá la taba que deberá proponer la gestión Alberto Fernández. Basterra -esquivo de hablar con los medios al igual que todo su gabinete de colaboradores- no sorprende con propuestas para un sector que soporta caída en las ventas, achicamiento de sus márgenes de rentabilidad por el pago de impuestos, aumento de costos y el encarecimiento de las tasas de interés. Allí cuestiones como el default de Vicentin, le juega en contra a las arcas fiscales y al ánimo del sector agroindustrial.

En el caso de los ganaderos, ya en la zona de la Pampa Húmeda, en Lechería, todavía Alberto Fernández no definició quien se ocupara de la Dirección Nacional Lácteo, allí las gestiones con las entidades de tamberos e industrias lácteas está paralizada desde finales del 2019. «El precio de la leche se sigue deteriorando», refieren analistas del sector lechero.

Desde el sector privado, no esconden tanto su preocupación como asombro. No los calma ni siquiera saber que el precio de la leche trepó en enero a $ 17,26 por litro. Y que los sólidos se pagan a $ 254,29. Uno de los temores pasa por la caída que evidenció el consumo interno de lácteos durante el 2019, con una caída del 9% interanual, y también la disminución del 10% que presentaron las exportaciones, principalmente de leche en polvo.

Un tema clave para los que deben alimentar ganado es justamente el precio de los granos, en especial el del maíz, que trepó sensiblemente desde diciembre pasado desde el ajuste en los derechos de exportación. Esto es visto tanto por preocupación por los feedloteros como por los tamberos.

Desde allí indican con un pie puesto sobre el borde de la tranquera que «hoy todavía no percibimos el alza plena en alimentos para los rodeos, pero sin duda los márgenes se achican y deterioran mes a mes».

Para el sector granario, aún resuena las palabras expresadas por Julian Echazarreta, secretario de Agricultura de la Nación, en la localidad cordobesa de Leones, en el marco de la Mesa Nacional del Trigo: falta granos para la panificación, el Estado avaló la negociación entre productores-exportadores-molineros, pero «si tiene que intervenir, interviene».

A poco de cumplirse los primeros cien días de gobierno, los productores poco le creen a las autoridades agropecuarias sabiendo que buena parte de la política oficial se cocina en la Casa Rosada. A Basterra, la dirigencia ruralista lo consideran un entendido en la temática sectorial, y con ‘cintura política’, sin embargo, otros, por ejemplo los del Norte, solo refieren de él y su aporte, la calidad de sus mates. Con la cosecha de la gruesa allí se hará evidente el recorte aplicado por retenciones, y también hay otros factores, la caída al consumo de solo 51 kilos de carne vacuna en el mercado interno y el efecto China, que no será poca cosa.