BUENOS AIRES (ANP) La participación de los subsidios económicos destinados al sector energético profundizaron su caída en noviembre y representaron en ese mes el 53,8% del total, mucho menos que el 68,6% que concentraron en los diez meses anteriores.
De acuerdo con el informe dado a conocer por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), los subsidios económicos en general tuvieron en noviembre una reducción del 28,5% interanual en términos reales y de esa forma acentuaron la baja acumulada en lo que va del 2023, del 17,2%.
Los subsidios dirigidos al sector de la energía, que concentraron en los primeros once meses cerca de dos terceras partes del total de los subsidios, cayeron un 46,5% ajustados por inflación el mes pasado, acentuando la reducción del 26,6% en lo que va del año.
«En particular, las partidas dirigidas a CAMMESA registraron en noviembre $84.739 millones (-72,4% respecto a 2022 ajustado por inflación), mientras que en los primeros once meses registraron una caída del 39,6%», indicó ASAP, que recordó al respecto que «las transferencias a CAMMESA se destinan fundamentalmente para cubrir el diferencial entre el costo de la energía y el precio abonado por los usuarios del servicio eléctrico».
Por su parte, en noviembre se registró un nivel de transferencias dirigidas a ENARSA de $49.000 millones (sin registro en mismo mes de
2022), lo que determina un aumento en el acumulado anual del 7%. Debe recordarse que las mismas están relacionadas fundamentalmente con la importación de gas.
En contraposición, los subsidios corrientes destinados al transporte (24% del total se subsidios en 2023), mostraron una suba real del 15,6% en noviembre (+ 12,4% en el acumulado anual), en virtud de tarifas que no han acompañado el ritmo de la inflación.
A su vez, Aerolíneas Argentinas pasó de no recibir recursos vía transferencias en 2022 a percibir $40.500 millones en lo que va de 2023. No obstante, corresponde aclarar que, a noviembre de 2022, Aerolíneas Argentinas recibió cerca de $63.000 millones que fueron registradas como gasto de capital en la partida inversión financiera, lo que implica que, en términos de recursos percibidos, se produjo una reducción en términos reales.