BUENOS AIRES (ANP) La reducción de los subsidios destinados al sector energético en términos reales alcanzó en los primeros nueve meses de 2023 al 24,4% y en el caso particular de septiembre al 50,5%, en una variación que no estuvo acompañada por los derivados al Transporte, que no solo aumentaron sino que incrementaron su participación del 16,47% al 22,13% del total.
Los datos forman parte del último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
El total de las transferencias a sectores económicos y empresas públicas en concepto de subsidios ascendió a $ 2.855.632 millones, con un alza nominal interanual del 82,6% y una caída a valores constantes del 15,8%, que en septiembre fue del 30,6%.
Los subsidios dirigidos al sector de la energía cayeron un 50,5% en términos reales el mes pasado, acentuando la reducción del 24,4%
en lo que va del año. En particular, las partidas dirigidas a CAMMESA registraron en septiembre $147.174 millones (-60,2% real respecto a 2022), mientras que en los primeros nueve meses registraron una caída del 34,4%. Vale recordar que las transferencias a CAMMESA se
destinan fundamentalmente para cubrir el diferencial entre el costo de la energía y el precio abonado por los usuarios del servicio eléctrico. Por su parte, en septiembre se registró un nivel de transferencias dirigidas a ENARSA de $12.500 (sin registro en mismo mes de 2022), lo que determina una caída en el acumulado anual del 2,4%. Debe recordarse que están relacionadas fundamentalmente con la importación de gas.
En contraposición, los subsidios corrientes destinados al transporte crecieron por encima del IPC, como consecuencia de tarifas que aumentaron por debajo de la inflación (+14,9% en septiembre y +14% acumulado anual, siempre ajustado por inflación). A su vez, Aerolíneas Argentinas pasó de no recibir recursos vía transferencias en 2022 a percibir $40.500 millones en lo que va de 2023.
No obstante, corresponde aclarar que, a septiembre de 2022, Aerolíneas Argentinas recibió cerca de $45.500 millones que fueron registradas como gasto de capital en la partida inversión financiera, lo que implica que, en términos de recursos percibidos, se produjo una reducción significativa (-64% real).