Buenos Aires, sep 30 (ANP).- El INDEC dio a conocer esta tarde dos datos críticos en un contexto especialmente delicado, con estancamiento económico y alta presión cambiaria que amenaza tornarse fácilmente en una crisis severa. La tasa de pobreza del primer semestre de 2020 trepó a casi 41% desde el 35,5% de fines de 2019 el número más alto desde el mismo período de 2004, cuando se reportó un 44,3% durante la salida de la crisis de 2001.

En esta primera parte del año, la pobreza golpeó sobre todo a Concordia (52,2%); Gran Resistencia (48,7%); Partidos del GBA (47,5%); y Salta (45,5). En el GBA, zona que concentra la mayor cantidad de población, la suba en comparación al primer semestre del año pasado fue de 7,7 puntos. A su vez, la indigencia en el país avanzó desde 8% en la última mitad de 2019 a 10,5% en la primera de 2020.

Con estos resultados, la tasa de pobreza vuelve a los niveles de fines de 2019, cuando la Universidad Católica Argentina había estimado un índice para el tercer trimestre de ese año del 40,8%, desatando indignación y hasta lágrimas de parte de personalidades famosas y periodistas, aunque pocos meses después debió rectificar sus cálculos y señalar que en realidad el guarismo se ubicaba entre 32,6% y 34,1%.

Aquella cifra había caído como una bomba en medio de las elecciones presidenciales que finalmente darían el triunfo al actual presidente Alberto Fernández, y desató fuertes quejas de la oposición, que recordaron que el número estaba más o menos en iguales parámetros que la tasa estimada por la misma casa de estudios en 33,6% para el tercer trimestre de 2018. Cabe recordar que la de la UCA era palabra indiscutida ya que en ese entonces el INDEC no calculaba la pobreza para no estigmatizar a los pobres, según palabras del entonces ministro de Economía, Axel Kicillof.

Sea 29% o 34%, la pobreza estructural que sufre el país parece no tener fin y haber encontrado en la pandemia su mejor justificación. La cuarentena obligatoria dispuesta desde el 20 de marzo pasado para dar pelea al COVID-19 y que ya lleva más de seis meses ininterrumpidos no pudo evitar que Argentina hoy esté en el puesto ocho en cantidad de contagios, aunque sí logró una caída del producto bruto de 16,2% en el segundo trimestre contra el primero, con una retracción respecto del segundo trimestre de 2019 del 16,9% para el comercio y de 20,8% para la industria. Una pérdida totalmente democrática: todos los rubros sufrieron retracciones de entre 1,2% al 73,4%.

Con respecto al Índice de Salarios, en el acumulado de enero a julio el índice registró un alza de 16,3%, por encima del 15,8% que reportó para el período el INDEC para el IPC, pero no pasó lo mismo en la comparación con julio de 2019, donde el IS alcanzó a 32,6% y quedó lejos del 42,4% de suba de los precios minoristas. Tampoco en el contraste de julio contra junio, donde el IS perdió con 1,8% frente al 1,9% del IPC.

Ahora el proyecto de presupuesto 2021 que espera tratamiento en el Congreso apunta a acortar las desigualdades que se generaron a partir del combo de recesión heredada y de la generada por el confinamiento, y para hacerlo propone duplicar la obra pública, pasando de 1% proyectado para este año a 2,2% del PIB.

Sin embargo, en su último informe la consultora Analytica advirtió que con la obra pública no bastará para retomar una senda de crecimiento sostenido. Frente al alto desempleo y el aumento de la pobreza, las autoridades se verán obligadas a mantener el foco en la asistencia social, “relegando la posibilidad de eliminar en su totalidad el IFE y el ATP, como quería el equipo económico”, señaló.

La consultora también resaltó que el gasto de capital “constituye siempre la variable de ajuste para cumplir con el objetivo de déficit primario”, por lo cual el Gobierno no debería confiarse sólo en la recuperación de la obra pública. “La clave de la infraestructura para 2021 es dinamizar la inversión privada con un contexto internacional propicio dada la elevada liquidez”, subrayó.

En este sentido, las encuestas de expectativas de la industria realizadas por el INDEC no apuntan en el mejor sentido. El último informe de actividad industrial del organismo reveló que el 47% de las empresas de la manufactura espera una retracción de la demanda interna para agosto-octubre de 2020, luego de sufrir una baja de 6,9% interanual en julio. Habrá que esperar a la semana que viene para conocer el dato oficial de agosto del IPI (Indice de Producción Industrial) para saber si la tendencia negativa empieza a revertir.

Por NP